Municipalidad Tres Arroyos

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INFORME ESPECIAL - COMO AFECTO A LA SALUD PUBLICA Y PRIVADA LA CAIDA DEL POLICLINICO

Curarse en salud

  Nadie quiere hablar de emergencia sanitaria, y de hecho desde el Hospital Pirovano aseguran que la demanda de atención no ha sobrepasado lo previsto. Pero lo cierto es que desapareció un efector de salud del sistema privado, el Sanatorio Policlínico, y los efectos se sienten en el esquema sanitario del distrito. Un servicio menos de emergencias médicas, cirugías programadas que no se pueden hacer, habitaciones que no se comparten y un número más que justo de camas para internación son sólo aristas de esta coyuntura. Informe especial “El Periodista”  

Agosto 2014
Hasta la virtual desaparición del Policlínico como efector de salud, el Hospital Pirovano venía trabajando con unas 3200 cápitas de afiliados al PAMI. Desde junio pasado, se incorporaron unas 3800

Hasta la virtual desaparición del Policlínico como efector de salud, el Hospital Pirovano venía trabajando con unas 3200 cápitas de afiliados al PAMI. Desde junio pasado, se incorporaron unas 3800

Dice el diccionario, sobre la emergencia: “asunto o situación imprevistos que requieren una especial atención y deben solucionarse lo antes posible”. Y aunque los actores involucrados eludan usar la palabra para referirse a la coyuntura sanitaria actual en Tres Arroyos, lo cierto es que la caída de uno de los dos centros de salud privados del distrito ha provocado, tal como reza la definición, un imprevisto que hay que resolver sin demora.
Si hablar de emergencia sanitaria suena fuerte y alarmista -el intendente Carlos Sánchez se ocupó, oportunamente, de aclarar que la atención de la salud en la ciudad no está colapsada-, al menos hay que reconocer que se atraviesa un estado de alerta. No hay miras de reapertura del Policlínico, hoy virtualmente “abandonado”; la Clínica Hispano hace ingentes esfuerzos por absorber parte de la demanda de los usuarios de prepagas y obras sociales que antes se atendían en el otro sanatorio, y el Hospital Pirovano ha absorbido más de 3000 cápitas de afiliados al PAMI viéndose obligado a restructuraciones con aspectos todavía en discusión, como la lógica demanda de más retribuciones económicas como contraprestación a la sobrecarga de trabajo de algunos servicios.
Con los testimonios de Mónica Capellari, directora técnica del Centro Municipal de Salud; Juan Carlos Byrne, director administrativo de la Clínica Hispano Argentina y Claudia Rodríguez, delegada del gremio de Sanidad en el Policlínico, “El Periodista” pretende esbozar, en este informe especial, una radiografía del impacto del cierre de este último establecimiento en la salud pública y privada del distrito.

“Nos tuvimos que hacer cargo”
Hasta la virtual desaparición del Policlínico como efector de salud, el Hospital Pirovano venía trabajando con unas 3200 cápitas de afiliados al PAMI. Desde junio pasado, se incorporaron unas 3800, más del doble, que recibían prestaciones del sanatorio. Este proceso, que vio su forma más aguda en los últimos meses, había comenzado tiempo atrás, en coincidencia con el declive del centro privado y por el consecuente pasaje de pacientes tanto al Hospital como a la Clínica Hispano. “Ese fenómeno, que se produjo por decisión de los propios afiliados, fue como una especie de entrenamiento previo para nosotros. Pero desde que por cuestiones internas el Policlínico dejó de atender a pacientes, como hospital público y municipal que somos, empezamos a absorber un drenaje de personas espontáneo y natural hacia este centro de salud, por lo que nos hemos visto muy sobrecargados en la atención y en la internación, y esto motivó tener que hacer algunos ajustes para poder dar una expresión de solución a esta demanda”, aseguró Mónica Capellari, directora del Centro Municipal de Salud.
Por supuesto, la demanda creciente de atención obligó al nosocomio a restructurar sus servicios. “Se agregaron 15 camas, se asignó un tercer médico y una segunda enfermera a emergencias, se dispuso una segunda ambulancia durante las 24 horas y una tercera para traslados de afiliados a PAMI. También se organizó un turno completo de enfermería y se dispusieron 5 camas en el Geriátrico, destinadas a posibles internaciones de jubilados, ya que este es un servicio que cuenta con médico, enfermeras, cocina, todo lo necesario para internar a pacientes sin mayor complejidad, y de hecho lo hemos utilizado”, describió la profesional.
En el marco de la restructuración referida, se dispusieron seis camas en un sector de internación para adultos, corriendo a otro lugar al sector de Oncología, y donde antes funcionara el área de Clínica de Mujeres. En una habitación donde dormía la partera del servicio de Obstetricia –que se reubicó-, se colocaron dos camas más. “En algún momento ha ocurrido que se ha colocado una tercera cama en las habitaciones más espaciosas, pero no ha sido una opción muy frecuente”, aseguró Capellari.
Hasta el momento, estas medidas parecen haber dado resultados adecuados a las circunstancias. “No nos hemos visto superados en ningún momento en cuanto a la cantidad de pacientes y las camas disponibles. Pero estamos con las camas justas, desde ya, de manera que si tuviéramos algún evento de excepción, probablemente nos faltarían. Pero hasta ahora no ha ocurrido. Y hay un punto en el que nos estamos acomodando, que es en las cirugías. Todo lo que es urgencias, por supuesto, se hace, y estamos teniendo algunas demoras en lo que es programado. Porque veníamos con una rémora inclusive del Policlínico, donde no se estaban haciendo cirugías programadas desde hace varios meses. Por supuesto no es la situación ideal, porque ideal sería que estuviera abierto el sanatorio, pero la realidad nos marcó otra circunstancia, involuntaria e indeseada por parte de la salud pública, de la que tuvimos que hacernos cargo, no había otra salida”, admitió.

Un tema en discusión
No es un dato menor que el Hospital tuviera que atravesar esta contingencia con un paro de enfermeros que se prolongó por varios días, y que obligó al Ejecutivo a un acuerdo de recategorización del personal que demandará más erogaciones en forma progresiva durante los próximos meses. Pero además, los servicios involucrados en la atención de los nuevos pacientes que se incorporan al sistema de salud pública también demandan mayores ingresos, un punto que todavía está en discusión en el ámbito del Centro Municipal de Salud.
“Estamos en tratativas. Hay algunos sectores que pretenden un dinero distinto al que PAMI paga, y nosotros, además de ofrecer lo que PAMI paga para cada intervención o para cada sector, hemos ofrecido rescindir un 30 por ciento de lo que se llama gastos sanatoriales, pero aún no hemos encontrado el numero que satisfaga o cierre a las partes. No obstante, los servicios se prestan igual”, advirtió Capellari.
En relación con la problemática suscitada en el Sanatorio Policlínico, la profesional admitió que “es una cuestión que tiene un sanatorio con dueños que forman parte del sistema privado de salud, y que el sistema público no tiene forma directa de resolver. Lo que sí tenemos que resolver día a día es la atención que no se recibe en el Policlínico, porque como efectores de salud pública estamos obligados a hacerlo, no podemos ni debemos esquivar el bulto y tenemos que brindar esa atención, aunque no sea una cuestión fácil”, sostuvo.

Una menor demanda
Afortunadamente, y ante una coyuntura compleja, lo que va del invierno 2014 ha sido más ‘benigno’ en cuanto a enfermedades estacionales y eso ha originado en el hospital público menores requerimientos de atención en relación con otras temporadas. “La demanda, hay que decirlo, fue menor a la esperada porque por suerte, o por una buena campaña de vacunación o porque hay menos circulación viral, esto no se puede decir a ciencia cierta, este año no es, por lejos, ni siquiera parecido al anterior en cuanto a cantidad de pacientes con patologías respiratorias. No tuvimos tanta afluencia de este tipo de patologías, al menos hasta el momento”, indicó la directora.
Con respecto a las emergencias, y consultada tras tomar estado público alguna queja por demoras en la atención de este tipo de situaciones por el sistema público, Capellari advirtió que “el Hospital está dando una expresión de respuesta adecuada, están las dos ambulancias, tres médicos, una tercera ambulancia para traslados específicamente de PAMI –por ejemplo el abuelo que está en un geriátrico y necesita hacerse una placa-. Es un tiempo de acomodamiento a las nuevas circunstancias. Insisto, esto es algo que no buscamos y que tuvimos que hacernos cargo de la mejor forma posible”, concluyó.

JUAN CARLOS BYRNE, DIRECTOR ADMINISTRATIVO DE LA CLINICA HISPANO

“Estamos sobrecargados”

El doctor Juan Carlos Byrne es director administrativo de la Clínica Hispano Argentina, único efector privado de salud que funciona en Tres Arroyos ante lo ocurrido con el Policlínico, y receptor de la demanda de afiliados a obras sociales y prepagas que hoy no tienen otro centro dónde recurrir al menos en la esfera particular.
Entrevistado por “El Periodista”, advirtió que “hay 4000 personas que antes se atendían en otro centro de salud, y hoy pasaron al Hospital, que de un día para el otro no puede dar todas las prestaciones a toda esa gente. Quien tiene, entre esos 4000 vecinos, algún poder adquisitivo para pagarse un médico o alguna práctica en forma privada, viene acá. Y nosotros, que ya estábamos prácticamente saturados con los 3000 jubilados que atendemos y no queríamos agrandar más ese número porque no podíamos brindar prestaciones, hoy estamos sobrecargados. A eso se le agrega lo estacional, que en este momento es importante, pero el hecho es que hemos quedado como el único prestador de salud privado y para las obras sociales. Hoy, esa gente que con su obra social se atendía en el Policlínico, viene acá o va al Hospital”.
En ese marco, también el Hispano ha tenido que tomar algunas medidas que pueden parecer algo antipáticas para la población, pero son fundamentales para garantizar la calidad de la atención. “Por ejemplo, tuvimos que reducir las cirugías programadas. No le damos carta libre a prácticas tales como una operación de hernia que el paciente tiene hace tres años, y que quiere hacerse la semana que viene. Porque no nos dan las camas para ese tipo de cirugía, más todo lo demás. Entonces, como hay operaciones que pueden esperar, se van posponiendo”, admitió.
La guardia sufre también los efectos de la sobredemanda, y esto es visible en cualquier horario en que se visite el establecimiento de 9 de Julio y Dorrego. Para ejemplificar la dimensión real de la cuestión, el día en que se concretó esta entrevista de “El Periodista” con el doctor Byrne, el médico de guardia llevaba atendiendo 70 personas entre las 8 de la mañana y las 6 de la tarde.
Y algo similar sucede con la internación. “Hay gente que está esperando para internarse, que tiene una obra social o prepaga o puede pagar una diferencia para estar solo en la habitación, y nosotros no podemos asegurárselo. Puede ocurrir que alguien pague para que en la cama de al lado duerma el marido, o la esposa, o la mamá, y si viene una apendicitis no se le puede decir ‘no tengo cama porque en tal habitación va a dormir un familiar’. Es una situación compleja, que la gente entiende a veces, y a veces no”, completó el profesional.
Mientras tanto, la Clínica sigue apostando a crecer y mejorar sus servicios a pesar de la problemática emergente. “Inauguramos la nueva Terapia Intensiva, que tiene una cama más que las que tenía antes, y al mismo tiempo se podrán poner dos camas más donde funcionaba este mismo servicio antes, pero de todos modos va a llevar un tiempo reacomodar ese lugar. Ahora tenemos 52 camas, pero después de ese arreglo no creo que podamos aumentar mucho más ese número”, sostuvo.

Un servicio menos
Pero además, Byrne puso sobre el tapete otra dificultad derivada de la crisis del Policlínico: “Con lo que ocurrió con el Sanatorio, se cayó un servicio de emergencia médica que tenía atención domiciliaria y traslado en ambulancia. Y eso es un problema. Nos pasó que un paciente que estaba internado aquí necesitaba una tomografía que era más adecuado que se hiciera en el tomógrafo del Hospital. Había que llevarlo en ambulancia y con médico, el Hospital tenía una pero en ese momento no tenía médico para hacer el traslado, y CELTA estaba en la misma situación. Como el paciente tiene obra social, se trajo una ambulancia desde Olavarría, que lo vino a buscar a la clínica, lo llevó a hacer la tomografía al Hospital, lo trajo de vuelta y regresó a Olavarría. Una barbaridad…”, consideró.
Al mismo tiempo, admitió que aunque las cuestiones internas de un centro de salud puedan resolverse, lo urgente es una solución para la situación sanitaria del distrito. “Nosotros tuvimos que tomar personal, que en general ha sido del Policlínico, como una suerte de colaboración, pero esta es una cuestión interna que la Clínica tendrá que ir resolviendo. Lo cierto es que esta situación ha generado problemas en la salud de la ciudad, y eso es lo que hay que buscar la forma de resolver. Los traslados, el trabajo al límite de las Terapias Intensivas…Hay situaciones internas en la Clínica y en el Hospital, sin duda, pero hay también una situación de la comunidad que es apremiante. Y que no tiene miras de cambiar: los dueños del Policlínico no volvieron a aparecer. Participamos de una reunión en la que incluso podíamos plantear una estrategia –no comprarlo nosotros, como circuló una versión, porque no está en nuestras posibilidades-, y sabemos que podrían existir interesados. Pero esta gente no aparece. No volvieron más. Habría que ver si lo venden, a cuánto lo venden, y entonces sí podremos buscarle la vuelta. Pero eso no se dio”, reflexionó Byrne.
En este sentido, Mónica Capellari coincidió con el director administrativo del Hispano. “Se armó en el Municipio una mesa muy plural, muy amplia, con soluciones reales para ofrecer, y ante la ausencia de los propietarios del Sanatorio durante dos veces consecutivas, uno saca la conclusión de que no hay interés de resolver esto”, finalizó.

LA DEBACLE DEL POLICLINICO

Una crisis de larga data

Parte de los empleados, especialmente aquellos que no han logrado reubicarse desde el punto de vista laboral, resisten en las desoladas instalaciones del Sanatorio Policlínico. Están cortados los servicios, no hay calefacción y sólo funcionan los emprendimientos privados que han operado históricamente en el edificio, como son el Laboratorio Cisma y el servicio de diagnóstico por imágenes Tecnoscan. Los médicos que atendían los consultorios externos también se fueron. Obligados a suministrarse su propia calefacción mediante artefactos eléctricos y con las salas de espera convertidas en fríos páramos, decidieron mudarse al edificio de Brandsen 60.
Una parte de los trabajadores, que son unos 50 en total, han sido absorbidos por el Hospital Pirovano y la Clínica Hispano, suerte que parecen no haber corrido los de mayor antigüedad, y por lo tanto con menos chance de reinsertarse en el mercado laboral.
No han sido suficientes ni las reuniones motorizadas por el Ejecutivo municipal entre actores vinculados a la salud y empleados del malogrado centro –una de las cuales contó con la presencia de Esteban Hanna, representante de Sanatorio Belgrano, propietario de su par tresarroyense, y que nunca volvió a aparecer-, ni gestiones hechas incluso ante el Ministerio de Salud de la Provincia. No hay solución a la vista para el conflicto, y la reapertura del Sanatorio aparece hasta ahora como una utopía.
Circulan versiones sobre posibles operaciones de venta, pero el hecho de que los trabajadores del Sanatorio Belgrano en Mar del Plata atraviesen una situación similar a la de sus colegas tresarroyenses, con importantes deudas salariales y previsionales, no permite contemplar esta posibilidad como algo viable en el corto plazo.
Se han hecho abrazos simbólicos, una misa, reuniones en la delegación local del Ministerio de Trabajo -una de ellas coincidía con el cierre de esta edición-, pero no se vislumbra para esta historia otro final que no sea esa misma desolación que se advierte en esos pasillos donde se peleó contra la muerte, se dio vida, se trabajó con vocación y se forjaron profesiones y oficios dignos para muchos tresarroyenses.

Problemas crónicos
Pero los problemas del Policlínico no empezaron con los últimos propietarios, según aseguró Claudia Rodríguez, delegada del gremio de Sanidad en el Policlínico, a “El Periodista”. El centro privado de salud ha sido, de acuerdo a los dichos de la trabajadora, “’PAMIdependiente’ en los últimos 17 años. Los inconvenientes comenzaron con Polimed, y luego continuaron, y se agudizaron, con esta nueva gestión. Con el agravante de que al no tener esta empresa un representante aquí en Tres Arroyos, porque nombraron un administrador local, no teníamos con quién discutir los problemas en forma directa. Desde que Sanatorio Belgrano se hizo cargo del Policlínico -compraron en octubre de 2010 y comenzaron a operar en diciembre de ese mismo año-, sólo un par de meses trataron de estar al día con los sueldos. Después siempre se dependía de cuándo pagara PAMI”.
Según el testimonio de Rodríguez, cuando la firma marplatense comenzó a manejar el Sanatorio nombró en principio a una administradora de esa ciudad, y fue entonces cuando “comenzó la debacle. Los manejos de esta persona fueron totalmente ineficientes, y entonces se inició un éxodo de médicos que nunca se detuvo. Al principio, incluso, representantes del Belgrano venían a Tres Arroyos una vez por semana, o cada 15 días, hasta que también eso se cortó. En el 2013 no apareció ningún responsable de la empresa, durante todo el año”, advirtió.

“Abandonado y muerto”
“Empezamos a reclamar los sueldos de mayo y esperamos que termine la feria judicial para tener una respuesta”, dijo Rodríguez. “El aspecto legal se inició por ese sueldo, y seguirá corriendo y sumándose el resto hasta que tengamos una respuesta. Eso es lo que nos han dicho los abogados y estamos pendientes del asesoramiento del Ministerio de Trabajo. El aguante se está haciendo por los compañeros que aún no han conseguido empleo. Hasta la semana pasada eran entre 25 y 26 compañeros los que aún no se han reubicado, la mitad del personal está sin trabajo. Para quienes hemos pasado gran parte de nuestra vida allí, es muy triste entrar. No hay luz, la calefacción está cortada, y da la sensación de un lugar abandonado y muerto. Y aunque se nos había ido diciendo que esto podía pasar, que se buscaba que esto decantara por su propio peso, nosotros apostábamos a una salida, a una solución. La crisis se pone cada vez más angustiante”, admitió.
Varios de los empleados han tomado el camino de reclamar mediante abogados particulares, otros lo han hecho mediante el Ministerio de Trabajo, pero todos esperan respuestas. “Todos estos son pasos engorrosos, a los que nadie quería llegar. Todos queríamos seguir trabajando, pero una de las situaciones más delicadas que tenemos es el incumplimiento de los aportes jubilatorios, que ascienden a 17 años sin efectuar. Y los que tenemos más de 40 años vemos complicada la situación de nuestra futura jubilación; si logramos entrar a trabajar, podremos ir resolviéndolo, pero quienes están más cerca de la jubilación están, en la mayoría de los casos, muy preocupados”, aseguró.

En la misma situación
Mientras tanto, la prensa marplatense da cuenta de una situación similar en el mismo Sanatorio Belgrano, propietario del Policlínico. Días pasados, la justicia de esa ciudad determinó que fueran trasladados a otras clínicas pacientes del Belgrano que estaban alojados en terapia intensiva sin la atención adecuada a raíz de la conflictiva situación entre los empleados y la empresa.
Hay trabajadores a los que se les adeudan cifras cercanas a los 500.000 pesos, e incluso se denunció públicamente que la clínica había optado por contratar a profesionales jóvenes, para desplazar a los de mayor antigüedad y que a su vez son acreedores de importantes sumas en sueldos y aportes patronales.
De hecho, la intervención judicial en el caso se dio por la denuncia de familiares que advirtieron que los pacientes permanecían internados sin la presencia, para su atención, de médicos en la Unidad Coronaria, en Terapia Intensiva y en la guardia.
Y de manera idéntica a lo ocurrido en Tres Arroyos, el portal Puntonoticias daba cuenta de que “no aparece ningún responsable del Sanatorio. Nadie se hace cargo, los únicos interlocutores en el sanatorio son las telefonistas, algún personal administrativo y el personal de seguridad. Nadie ofrece una respuesta a los familiares de los internados”.

Los servicios involucrados en la atención de los nuevos pacientes que se incorporan al sistema de salud pública también demandan mayores ingresos, un punto que todavía está en discusión

La Clínica Hispano Argentina quedó como único efector privado de salud que funciona en Tres Arroyos ante lo ocurrido con el Policlínico, y receptor de la demanda de afiliados a obras sociales y prepagas

La Clínica Hispano sigue apostando a crecer y mejorar sus servicios a pesar de la problemática emergente, e inauguró su nueva Terapia Intensiva

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