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CLAROMECO
HISTORIA
El balneario Claromecó fue fundado el 9 de noviembre de 1920. No
obstante, se conoce que con mucha anterioridad el lugar fue poblado por
los nativos que habitaban esta región antes de la llegada de los
conquistadores.
Documentaciones que datan del año 1746 dan cuenta que el jesuita
José Cardiel recorrió la zona por aquel entonces. Hacia
el año 1830 estas tierras se adjudicaron para la cría de
ganado. Juan Bellocq adquirió la mayor parte de ellas y fundó
la estancia "San Francisco". Tras la muerte de su padre, los
hijos de Bellocq heredaron las tierras y comenzaron a promocionar lo que
llamaban "el rincón de Claromecó". Velozmente
el área costera se convirtió en el sitio buscado por los
lugareños para disfrutar de los veranos.
En 1901 se inauguró el primer hotel, cuyo propietario fue Antonio
Fernández Molina. Las primeras casas de la villa comenzaron a edificarse
hacia 1910. La popularidad que el sitio alcanzó en esos años
animó a la familia Bellocq a solicitar al gobierno provincial la
creación de un pueblo, lo que sucedió, como ya se mencionó,
en noviembre de 1920, tras la finalización de ciertas tramitaciones
burocráticas relativas a la creación de una localidad.
UBICACION EN EL PARTIDO
Claromecó esta situado al sur del partido de Tres Arroyos, 75 kilómetros
al sudeste de la ciudad cabecera del distrito y junto al arroyo de homónimo
nombre.
POBLACION
Según datos del INDEC del año 1991, en Claromecó
viven 964 personas, aunque es de estimar que en estos últimos once
años su población ha crecido hasta ubicarse en una cifra
que ronda los 1200 habitantes permanentes.
VIAS DE COMUNICACIÓN
Desde Tres Arroyos se llega a Claromecó luego de transitar 75 kilómetros
pavimentados por las rutas 228 y 73.
PASEO DEL ARROYO
El Arroyo Claromecó constituye un lugar muy propicio para la práctica
de actividades tales como la navegación en embarcaciones a remo
o la pesca. La zona de la desembocadura es, además de un sitio
muy atractivo desde el punto de vista paisajístico, un lugar ideal
para los días en que el viento no permite disfrutar cómodamente
de la playa.
Internándose en su curso, el Claromecó es un arroyo con
muchos más atractivos aún, ya que en un tramo de apenas
4,5 kilómetros de extensión ofrece siete cascadas muy vistosas,
de las cuales la séptima es la de mayor importancia en cuanto a
su magnitud.
Estos saltos de piedra se pueden recorrer uno a uno por un camino que
bordea el arroyo, a lo largo del cual cada cascada está debidamente
señalizada.
Continuando por la misma calle unos 3,5 kilómetros después
de la última cascada, se llega a las ruinas de la Escuela Agrícola,
un establecimiento educativo modelo que funcionara antiguamente.
PAISAJES Y SITIOS DE PESCA
Tanto hacia el Este (en dirección a Orense) como hacia el Oeste
(en dirección a Reta) Claromecó ofrece una costa de mucho
atractivo pesquero y paisajístico.
En dirección Este el primer lugar de pesca es la zona del Faro,
a solo 2 kilómetros del área urbana de la villa. Apenas
500 metros más adelante aparece el primer salto de pesca y ½
kilómetro después el Pozo de Alonso. Luego se presentan
los saltos segundo, tercero, tercero y medio y cuarto, ubicados a 10,
12, 16 y 20 kilómetros del área urbana respectivamente en
línea recta por la costa.
En dirección Oeste los amantes de la pesca pueden optar por el
letrero, las piedras de Franganillo, el salto de Christian, el caracolero
o el médano blanco, ubicados a 3, 5, 7, 8 y 13 kilómetros
respectivamente de la zona urbana de la villa.
Estos sitios ofrecen diferentes posibilidades de pesca según las
características de la costa. Al mismo tiempo lugares como el salto
de Christian o el caracolero generan interés en el turismo más
allá de la práctica del deporte de la caña.
En el Salto de Christian, un monolito recuerda al pescador que se transformó
en leyenda en la zona como consecuencia de un estilo de vida relativamente
ermitaño y su supuesta fuga de un barco que trasladaba presos al
pasar por la costa de Claromecó.
El caracolero fue una zona donde la arena de la playa estaba literalmente
tapada por caracoles de todos los tamaños y formas, aunque como
consecuencia de, entre otros factores la depredación a la que fue
sometido, hoy no luce como hace algunos años atrás. No obstante,
se pueden ver caracoles de características muy variadas.
FERIA ARTESANAL
Un paseo tradicional en las noches de Claromecó es el predio de
la feria artesanal. En ella se pueden encontrar distintos tipos de adornos,
recuerdos o bijouterie realizados artesanalmente por personas de amplio
conocimiento en el tema.
ESTACION FORESTAL
Conocida popularmente como "El Vivero", la Estación Forestal
de Claromecó ocupa una área de 3000 hectáreas, de
las cuales unas 1000 aproximadamente están forestadas.
El lugar es ideal para paseos a pie, en bicicleta o a caballo. También
se puede circular en autos o motos, aunque respetando las velocidades
máximas permitidas.
Cuenta con una zona de fogones y juegos, un anfiteatro, un sitio de alquiler
de caballos, lagunas, un circuito de motos y un sin número de rincones
prácticamente inexplorados. Se pueden observar diversos tipos de
aves marinas y una arboleda única.
En enero del 2001 un voraz fuego afectó gravemente una parte del
"Vivero", en cuya recuperación se continúa trabajando.
FARO
Un lugar que ningún turista puede dejar de visitar es el Faro de
Claromeco. Su construcción se inició en el año 1920
en tierras que fueran donadas por María Larramendi de Bellocq y
fue inaugurado el 20 de octubre de 1922.
Esta señalización marina está construida en cemento
armado y tiene 54 metros de altura, que lo convierten en el segundo más
alto de América del Sur en su tipo. Su estructura cónica
posee 8 metros de diámetro en la base y 5 metros en su parte más
elevada. El espesor de su pared va de los 20 a los 12 centímetros
en el tramo superior.
La escalera caracol, que posibilita el ascenso a la plataforma que rodea
la garita donde se encuentra el foco de 1.000 wats de potencia que se
enciende por las noches, tiene 278 escalones.
El Faro y todo el predio circundante es mantenido y administrado por personal
del Servicio Hidrográfico de Balizamiento de la Armada Argentina
y puede ser visitado diariamente de 10 a 12 y de 16 a 20 horas. En su
base se exhiben los restos óseos de una ballena hallada en las
costas del balneario.
RELOJ
A fines del 2000 Claromecó recuperó una pieza importante
de su patrimonio arquitectónico. A instancias de los vecinos José
Souto, María Josefa Chedrese y Rubén Siles se restituyó
en su lugar original un reloj que existió en la villa hasta la
década del '60 y que fue derribado para ensanchar la avenida Costanera.
El original había sido erigido en 1942 y servía como reparo
del viento para poder acercarse al mar a mirar la llegada de las lanchas
pesqueras o la puesta del sol y fue en innumerable cantidad de oportunidades
testigo de las felicidades y desdichas que provoca el amor. La nueva máquina
del tiempo, haciendo justicia con el original, rescató sus medidas,
forma y proporciones.
DUNAMAR
Al otro lado del arroyo Claromecó se encuentra el tranquilo barrio-balneario
Dunamar. Se trata de un lugar de frondosa vegetación que fue erigido
por Ernesto Fridolín Gesell, hermano del fundador de Villa Gesell,
y su familia.
Entre la magnífica arboleda del lugar se pueden ver algunas de
las casas más bonitas y pintorescas de Claromecó. Cuesta
imaginar que en 1947, cuando Ernesto comenzó con su sueño
de crear un balneario, Dunamar fuera una sucesión interminable
de médanos despoblados de cualquier tipo de plantas, no hubiera
puente para cruzar el arroyo y mucho menos luz eléctrica o cualquier
otro servicio.
Este es el lugar que eligen aquellos que solo buscan paz y la posibilidad
de oír solamente el ruido del viento y el canto de los pájaros
entremezclados con el murmullo suave y constante de las olas rompiendo
en la orilla del mar.
Dunamar cuenta con campings y todos los servicios necesarios como para
que los turistas no deban salir del barrio si no lo desean.
MOLINO EOLICO
Desde el 16 de enero de 1999 otro gigante se ha sumado a Claromecó.
Se trata del molino eólico construido por la firma Neg Micon y
que es controlado satelitalmente desde Dinamarca.
Esta magnífica obra de la tecnología moderna que beneficia
al medio ambiente, genera toda la energía que se necesita en la
villa balnearia durante el invierno y un 25% de la que se consume en verano.
Su aspecto monumental se puede traducir en números de la siguiente
manera: mide 46 metros de altura sin contar las aspas, las cuales tienen
una longitud de 24 metros. Sumando estas extensiones, tenemos que el molino
alcanza una altura de 70 metros cuando una de sus aspas apunta verticalmente
al cielo. El cuerpo pesa 37 toneladas, el generador ubicado en su extremo
23 y la hélice 3 toneladas.
Llegar hasta su base para verlo en funcionamiento y oír cortar
el viento con sus gigantescas aspas se ha transformado en otro de los
atractivos turísticos del balneario.
24 HORAS DE LA CORVINA NEGRA
Es el certamen pesquero realizado en aguas abiertas más importante
de Sudamérica. Es organizado por el Club Cazadores Tres Arroyos
y pone en juego importantes sumas dinerarias en premios. En sus comienzos,
cuando la pesca era más abundante, se llegaban a cobrar corvinas
de más de 20 kilogramos de peso. Hoy esto ya no sucede, pero el
concurso no pierde el interés de los apasionados por la pesca,
que se dan cita por miles para participar del acontecimiento que ha hecho
trascender a Claromecó en todo el país.
Durante su realización, e incluso en los días previos, Claromecó
cambia de fisonomía. La villa se abarrota de vehículos pesqueros
de todos los estilos y diseños, la cantidad de gente se multiplica
de manera considerable y la sensación de fiesta se respira en el
aire.
La entrega de premios, que se realiza en la sede del club sobre la Avenida
Costanera, tiene un estilo similar al festejo de los triunfadores en una
carrera de autos, al tiempo que en el escenario se exhiben las piezas
que los deportistas le cobraron al mar.
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Desembocadura en el mar del
Arroyo Claromecó
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Piezas logradas durante las "24 Horas de la Corvina Negra"
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Inicia su jornada una lancha
de pesca artesanal
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