Municipalidad Tres Arroyos

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FLORENCIA ARRIOLA, PUERICULTORA, Y LOS MITOS DE LA LACTANCIA

“La teta no es culpable de nada”

Alrededor de la lactancia materna, que en la primera semana de agosto tiene su semana mundial con el lema “Dar prioridad a la lactancia materna: crear sistemas de apoyo sostenibles”, hay una gran cantidad de mitos. Que si deja sin calcio a la mamá, que si el bebé no duerme, que no todas las mujeres pueden amamantar. Florencia Arriola es puericultora, tiene su consultorio particular y también en el Hospital Pirovano, y mantuvo una charla exclusiva con “El Periodista”

Agosto 2025
Florencia Arriola es puericultora. Su función es acompañar la lactancia materna, y la cumple tanto en el Hospital como en su consultorio

Florencia Arriola es puericultora. Su función es acompañar la lactancia materna, y la cumple tanto en el Hospital como en su consultorio

Florencia Arriola es puericultora. Y en esta entrevista con “El Periodista”, repasó cómo fue su formación, el rol que cumple en el Centro Municipal de Salud y destacó la importancia de la lactancia materna, sobre cuyas ventajas se informa cada año en la primera semana de agosto. En la charla, Florencia abordó desde los beneficios de esta práctica hasta los mitos asociados, el acompañamiento a las madres – tanto físico como emocional- y la necesidad de desmitificar ciertos aspectos relacionados con la lactancia y el destete.
Arriola se formó en la Asociación Argentina de Puericultoras de manera virtual y se recibió en 2020. Explicó que su trabajo abarca desde la información a la madre embarazada hasta el destete, incluyendo situaciones como mastitis o pezones agrietados. Y mencionó que puede trabajar de forma independiente o interdisciplinaria, idealmente recibiendo derivaciones de otros profesionales, pero también por consulta espontánea.
¿En qué consiste la tarea de una puericultora?
Nosotros trabajamos principalmente todo lo que es lactancia materna, desde que la madre está embarazada, brindando información hasta que se produce el destete, pasando por todo, todo lo que es bebé sano, un bebé con síndrome de Down, bueno, abarcamos todo lo que es bebé y todo lo que es mamá también, con una mastitis, un pezón agrietado, toda situación relacionada a la lactancia.
¿Y eso se puede desarrollar de manera independiente o siempre la puericultora forma parte del equipo vinculado al nacimiento? Llámese obstetra, neonatólogo, pediatra…
Se puede trabajar de ambas formas. Podés trabajar de forma independiente cuando la madre te contacta, ya sea para armar un banco de leche, por un destete, pero lo ideal es hacerlo de forma interdisciplinaria y recibir la derivación también del profesional.
¿Y a vos particularmente por qué te inquietó acceder a esta formación?
Me encanta todo lo que está relacionado con los bebés, me fascina. Me hubiera encantado ser médica ginecobstetra, pero no me pude ir a estudiar en su momento y esta carrera fue como una vía para decir ‘bueno, estoy en eso’. Me encanta todo el mundo de la medicina y más que nada los bebés. Entonces esta es una manera de acompañar.
¿Y esta es una formación relativamente sencilla de acceder en cuanto a tiempo y costo?
Sí, muy accesible, son dos años de duración, que la hacés asincrónica, vos tenés los vídeos grabados, presentás un trabajo y cada cierto tiempo tenés una evaluación. Y una vez que se va finalizando la etapa formativa, se viaja una semana a Buenos Aires a hacer prácticas, que en su momento yo las hice virtuales porque estábamos en plena pandemia.
¿Hay otras puericultoras en Tres Arroyos o vos sos la única?
Somos más. Antes que yo en el Servicio (en el Centro Municipal de Salud) estaba Jorgelina Christensen, que dejó y me cedió el espacio a mí, y conozco otras dos colegas más.
¿Vos cumplís funciones en el Servicio de Pediatría en el Hospital, estás trabajando en el ámbito público?
Sí, tengo mi consultorio en el Hospital, ubicado frente a Radiología, que es específico de Puericultura. Pero además también tengo acceso a Maternidad, entonces veo a las mamás en internación conjunta en esas primeras 48 horas y después entro a Neonatología y a Pediatría en casos donde se me necesite. A Maternidad voy los lunes y miércoles, veo a toda madre recién parida y además tengo el consultorio.

Un rol en valoración

De manera que si hay un servicio, un consultorio específico en el sistema público de salud, ¿quiere decir que se valoriza ese rol? ¿Esto es algo relativamente nuevo, la valorización de ese rol, o tiene su tiempo?
No, es nuevo, hay mucha gente todavía no lo conoce. Nosotras mismos tuvimos que trabajar mucho dentro del Hospital para tener las derivaciones necesarias. Es más, ahora estoy trabajando en un plan de derivación para que empiecen a derivar nuevamente. Pero se va conociendo de a poco se va conociendo, se va escuchando.
Sobre la cuestión de los beneficios de la lactancia materna para los y las bebés, hemos escuchado y hemos leído un montón. Pero algunas madres atravesamos experiencias complejas. Escuchamos, leemos tanto que nos sentimos en la obligación de dar la teta y de tener que poder y saber cómo se hace. Y al principio hay como bastante sufrimiento alrededor de eso, porque además hay familiares que aconsejan esto o lo otro… ¿Es tu rol el que viene a acomodar un poco eso, a ayudarnos con lo que sentimos, con la presión que de alguna manera percibimos, con las posibilidades que tenemos?
Sí, yo abarco justamente todo eso. La mujer tiene que saber que una vez que nace el bebé, la leche está, no hay mujer que no tenga leche. Pero es cierto que el primer mes es como el más complicado, está la adaptación, aparecen algunas dudas o inconvenientes, y entonces mi trabajo es ese, justamente, despejar dudas y acallar todas esas voces… Dar un orden, dar una guía, acompañar, guiar ese primer mes que siempre es el más complicado, para que fluya y para que la madre también sienta que puede ya. Es decir, la leche materna nace o se empieza a producir cuando se desprende la placenta. Hay un montón de madres que les cambia la cara porque no lo saben, porque tampoco se explica que nosotros tenemos dos hormonas que son las que producen la leche. Y una vez que la placenta se desprende, la leche está. Lo único que hay que hacer es una succión y buscar que no duela. La lactancia materna no duele, eso es un mito. Y no es que te tenés que acostumbrar, como se dice, o que es solamente el primer tiempo. No, ni el primer tiempo, ni el primer día, ni el primer mes. No duele.
¿Y se logran evitar algunas prácticas de cierta crueldad, como la conexión a aparatos ruidosos y que resultan frustrantes para la madre?
Se puede sin eso. Nosotros para que una lactancia sea exitosa necesitamos una mamá y un bebé, nada más. No precisamos más.
Puede sumarse algún dispositivo pero en casos específicos. Si la madre tiene que volver a trabajar y hay que armar un banco de leche, o en caso de un bebé bajo peso, que haya que darle un suplemento que se complementa con la misma leche materna. Pero en un caso normal que no hay nada, es mamá, bebé y teta, nada más, no se precisa nada.

Lactancia y trabajo

Y vos mencionaste recién a la mamá que vuelve a trabajar. Para muchas de nosotras eso es como un parteaguas, digamos, tengo que volver a laburar, no voy a poder dar más la teta. Porque se vive eso como una catástrofe. ¿Se resuelve también con tu ayuda, con la ayuda de una puericultora?
Nosotros, quince, veinte días antes de que la mamá vuelva a trabajar, se arma un plan de extracción, se hace un banco de leche y se ve cómo se extrae en el momento del trabajo y se le deja leche al bebé cuando está al cuidado de otra persona, además de hacer extracciones mientras que la madre está trabajando para evitar una sobrecarga de los pechos y que esté incómoda en el trabajo. Pero se puede tranquilamente.
¿Las mujeres recurren espontáneamente a consultar una puericultora o todavía falta como instalar esa posibilidad?
Empecé a recibir más consultas cuando me conocieron en el Hospital. Muchas me vuelven a contactar, vuelven al consultorio, van al Hospital o me recomiendan a otras mujeres, dicen “mirá, yo la vi a Flor, la consulté, o vi esto en Instagram”. Se está empezando a recurrir a mi profesión.
¿Qué ventajas le ves vos a que eso suceda?
Tanto en la madre como en el bebé, un montón. Hay madres que dejan de sufrir dolor, madres que se van tranquilas a trabajar, madres que sobrepasan una mastitis sin tener que llegar a un antibiótico, madres que no llegan a la guardia y también se alivia el sistema de salud. Y sobre todo que ganan en la confianza en que una puede. En que una puede y en que una hace lo que siente. También hay mamás que vienen y me dicen, che, la verdad es que no quiero. También abarcamos eso. Nosotros priorizamos el deseo materno. Una mamá que está bien puede cuidar, una mamá que no está bien no puede cuidar a nadie. Entonces, si el deseo materno está, ellas lo hacen posible, nosotros acompañamos, nada más.
Das herramientas.
Totalmente. Pero sí se busca esto, que ella sea consciente y que confíe en su propio cuerpo.
Hay mujeres que deciden no amamantar, ¿verdad?
Hay quienes no quieren, o que a los seis meses dicen, ‘bueno, hasta acá llegué’. Mujeres que se obligan porque saben que es lo mejor para su bebé. Y como toda mamá que busca siempre lo mejor para su hijo, lo mantiene un tiempo mínimo los seis meses, que es lo que la Organización Mundial de Salud recomienda como lactancia exclusiva, después lo recomienda hasta los dos años. Y llega un punto que dice basta, no quiero más. Y ahí se empieza a acompañar el destete.

Todo lo que suma

Hablemos de ese otro periodo del destete, sobre el cual también hay un montón de mitos, ¿no? Porque algunos ven a la mamá con el bebé en la teta, con dientes, que come una pata de pollo solo y dicen ‘ay, ¿por qué todavía le da la teta?’ ¿Qué pasa con eso?
La lactancia materna siempre tiene beneficios, en todo sentido. La leche materna es un órgano vivo que evoluciona según los requerimientos del bebé. Es distinta a la leche de fórmula, que siempre tiene lo mismo, porque es algo medicamentos. La leche materna, si el bebé se enferma, en la toma siguiente, va a aumentar las defensas y va a tener un poquito más que la toma anterior. Cuando pasa el año, la lactancia materna pasa a ser complementaria a la alimentación, pero sigue sumando, Sigue sumando defensas, sigue sumando proteínas, sigue sumando vitaminas, sigue sumando oligosacáridos. Todo lo que el bebé necesita, la leche lo sigue teniendo.
Y sigue reforzando el vínculo, ¿No?
Siempre el vínculo y la inmunidad, por sobre todas las cosas. Si el bebé quiere tomar teta cinco años, los cinco años va a estar cubierto y siempre la mamá le va a brindar algo. Y el vínculo con mamá es terrible, hermoso. Y la teta no tiene la culpa de nada: escuchamos un montón de cosas, que el bebé no duerme de noche porque toma teta, no come porque toma teta… No. La teta nunca tiene la culpa de nada. Y está claro que en la salud de los niños el beneficio es concreto, es comprobable, es estudiado.
La inmunidad que se genera con una lactancia materna no se genera de ninguna otra manera. Es la primera vacuna del bebé. El calostro, la leche de los primeros tres, cuatro días, que es muy amarilla, es la primera vacuna del bebé. Y de ahí hasta el último día que toman, la inmunidad va incrementando. Siempre están bien inmunizados.

Mitos
¿Hay algunos mitos en torno a la lactancia que haya que desterrar? Por ejemplo, que choca con el tema de la anticoncepción.
Muchos, como decir que hay cierto tiempo para darle; o que saca el calcio de la mamá y no lo recupera más. Y con respecto a la anticoncepción, antes se decía que cuando una estaba lactando no podía quedar embarazada, ahora se sabe que sí. Entonces hay anticonceptivos que se pueden tomar cuando una está amamantando. Bueno, y por supuesto hay que desterrar esto de que no duerme porque le está dando la teta, de que si está embarazada nuevamente tiene que dejar de darle la teta, cuando se puede amamantar en conjunto, dos bebés pueden tomar teta un montón.
¿Alguna historia linda que te haya sucedido en torno a tu profesión?
Me pasó hace poquito, con una chica que vino con su mamá al consultorio a una consulta prenatal, y todavía estaba embarazada. La mamá no había podido amamantar, y tenía muchísimo miedo esa madre de cómo iba a ser, si iba a poder por eso de que su mamá no había podido. Pero la vi en internación, justo me llamó el lunes que estaba internada y le estaba dando el pecho al bebé lo más feliz de la vida. Tuvimos que corregir algunas cositas porque estaba con dolor, pero fue corregir la prendida y quedó enamorada de su lactancia y lloraba de felicidad y me lo agradeció como si yo hubiera hecho algo y lo estaba haciendo ella. De esas hay muchas historias.
¿Está bueno hacer una consulta prenatal, como para ir despejando todos esos temores que la mayoría tenemos?
Totalmente. Aparte hablamos de lo que es la bajada de leche, de qué esperar, qué no esperar, qué sucede las primeras 24 horas, las mejores posiciones que tenemos. Se abarcan muchas cosas siempre en torno a la lactancia, pero que son todas las herramientas que te ayudan a que no la sufras, a que la pases bien.
Me hablaste antes de arrancar la nota de síndrome de Down. ¿Qué cuestiones giran en torno a acompañar a una madre en el proceso de lactancia, cuando además atraviesa un momento difícil como es recibir el diagnóstico de un niño o niña nacido con alguna discapacidad?
Lo que más tenemos que ver es el sistema de ese bebé. Si hay algún problema cardíaco para ver el tema de las tomas; o labio leporino, o dificultades de deglución, entonces se trabaja en conjunto con fonoaudiología, pediatría y neonatología. Pero la mayoría de los bebés con algún síndrome o discapacidad pueden ser amamantados tranquilamente y pueden recibir la leche materna. En un caso en que no se pueda prender a la teta, se hace un plan de extracción y se le brinda la leche igual. No porque no pueda amamantar no va a recibir su leche, en todo caso se le da en una mamadera. Y recién cuando se agotan las posibilidades se recurre a la fórmula.
¿Recomendaciones?
Toda primeriza con más de 30 semanas tiene que venir al consultorio a charlar. Madres con bebés recién nacidos, una consulta postnatal para ver cómo está esa lactancia, hablar de sobre baja de leche, dudas; madres que tienen que volver a trabajar si quieren un destete, madres que ya tuvieron hijos y que pueden tener una experiencia totalmente distinta si aprenden o si se sacan también algunos prejuicios encima.
Yo siempre digo que hay cuatro pautas de alarma que en toda madre siempre hay que tener en cuenta. Que haya dolor durante toda la toma, que el pecho no sea el mismo que tenían y lo vean lastimado, enrojecido, que se sientan mal, que tengan el pecho duro y se sientan resfriadas y con fiebre ahí urgente. Y que el bebé no aumente de peso. Esas cuatro cosas son para todas. Después la charla prenatal; para una mamá que tiene tres hijos, si la lactancia anterior fue buena, ya lo sabe, ya tiene la experiencia. Una mamá que es primeriza estaría genial que venga antes para hablar de un montón de cosas que por ahí en la consulta obstétrica no se habla o se trata un poco por arriba. Pero además recibo consultas de cualquiera que tenga dudas, que quiera ayudar a esa mamá, como una abuela, una tía, una niñera.
El consultorio está abierto a todos los que necesiten información sobre lactancia, no solo mamá bebé.

Los datos

El Consultorio de Lactancia y Puericultura del Centro Municipal de Salud funciona los lunes y miércoles de 8 a 12. Pero además Florencia Arriola tiene su propio consultorio al que se accede previo turno al WhatsApp (2983-505553). Recomienda la consulta prenatal a madres primerizas con más de 30 semanas de gestación y ofrece apoyo a cualquier persona que necesite información sobre lactancia. Menciona cuatro pautas de alarma a tener en cuenta: dolor durante la toma, pecho lastimado o enrojecido, malestar general y falta de aumento de peso del bebé.

Florencia recomienda la consulta prenatal a madres primerizas con más de 30 semanas de gestación, pero además a cualquiera que tenga dudas sobre lactancia

Florencia recomienda la consulta prenatal a madres primerizas con más de 30 semanas de gestación, pero además a cualquiera que tenga dudas sobre lactancia

Arriola da cuatro pautas de alarma sobre la lactancia: dolor durante la toma, pecho lastimado o enrojecido, malestar general y falta de aumento de peso del bebé

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