Municipalidad Tres Arroyos

notas edicion de papel

GABRIELA DEVARDA Y SU PRIMER PERIPLO POR EL VIEJO MUNDO

Viajar es un arte

Amante de la cultura y de la historia, la corredora inmobiliaria Gabriela Devarda disfrutó con creces de su primer viaje por Europa. Una enriquecedora experiencia que incluyó arquitectura, gastronomía, playas y una aguda observación de la actualidad del Viejo Mundo, compartida con su esposo Andrés Reta

Noviembre 2024
La belleza incuestionable de Venecia, otro de los paisajes recorridos por el matrimonio tresarroyense

La belleza incuestionable de Venecia, otro de los paisajes recorridos por el matrimonio tresarroyense

Europa es un clásico para todos los gustos. Cuna de culturas, antigua, medieval y renacentista, es verdaderamente un oasis para los amantes del modernismo y del arte contemporáneo. Seduce con sus calles angostas de otros tiempos, jardines, invaluables museos y los coloridos mercadillos populares. Después de haber viajado por buena parte de Argentina, Sudamérica y el Caribe, el conocido matrimonio integrado por Gabriela Devarda y Andrés Reta decidieron visitar por primera vez el continente de los agradables contrastes.
Ella vivió la emoción previa de planificar el viaje teniendo en cuenta la eficacia de los servicios de transporte para organizar el itinerario por ineludibles destinos. Mientras Andrés pasaba cuando podía cerca del grabador por su labor de empresario, Gabriela nos fue contando detalladamente todo lo que resultó tan grato como inolvidable y nos decía.
“A mí me gusta muchísimo el arte, la arquitectura y su historia. Era un sueño que tenía y que afortunadamente pudimos cumplir. En mi profesión de agente inmobiliaria me pasa que a veces entro a una casa y me imagino siempre cómo la arreglaría, lo que le cambiaría y demás. Estudié arquitectura, pero por circunstancias no pude terminar la carrera. Un poco impulsada por una profesora de Literatura que tuve en la secundaria y nos enseñó muchísimo sobre Europa, nunca dejé de lado ese viaje. Además por lo que aprendí en la universidad era una materia pendiente en mi vida. Mi esposo accedió afortunadamente a acompañarme en esta idea y al regreso quedó mucho más contento de lo que él creía”.
¿Cómo comenzó este periplo por el Viejo Mundo?
Hicimos Buenos Aires – Roma y llegamos al Aeropuerto de Fiumicino, después de un vuelo impecable por Aerolíneas Argentina, con muy buena atención y servicio. Nos propusimos viajar 16 días por Italia, todo en tren y fue óptimo.
Y la invitamos a viajar con nuestros lectores paso a paso iniciando en Italia, cuna del Imperio Romano y principal núcleo artístico del mundo, país que junto al Mar Mediterráneo es un ineludible de Europa.
“El primer día me enamoró Roma, me gustó mucho el ambiente, la gente, ¡¡¡porque nos parecemos tanto!!! Somos la mezcla perfecta entre los italianos y los españoles. Se están preparando para el Jubileo Cristiano 2025 y además de las obras de restauración vi una ciudad limpia, prolija y con todos sus habitantes dispuestos. Los romanos muy atentos, de buen carácter e indudablemente pasó por mí la comparación de lo que nos está pasando a los argentinos, en casos enojados, en otros tristes y ellos están felices. La capital nos gustó muchísimo y es muy adecuado llamarla la Ciudad Eterna con su infinidad de monumentos históricos. El Coliseo, el Foro Romano, la Fontana di Trevi, el Trastévere y tanto más que ofrece. La gastronomía italiana es espectacular, especialmente en la preparación de pescados y mariscos. Nos pareció que la pizza de ellos es muy simple, si la comparamos con la que hacemos los argentinos, que le ponemos muchos ingredientes arriba. Observábamos con la pasta que comen porciones pequeñas más de un par de veces por día, porque da la sensación que es más liviana que la nuestra. Pero en general la variedad y la calidad es muy buena. De allí nos fuimos en tren a La Spezia una ciudad con vida nocturna, un parque hermoso en la costa y su puerto es la base de la Armada Italiana que se encuentra justo entre Liguria y Toscana. Allí pernoctamos y luego nos embarcamos hacia Cinque Terre con el agregado de ver en toda su dimensión sus pueblitos desde el mar, que es lo más parecido a una postal. Desde la nave se puede bajar en Manarola, Monterosso, Vernazza, Corniglia y Riomaggiore. Cada uno es absolutamente hermoso y pasaron de pueblos de pescadores a muy visitados destinos turísticos. Creo que quienes gustan viajar, al menos una vez en la vida deberían ir a Cinque Terre. El periplo siguió por Pisa con un día de 38 grados, visitando la ciudad y el casco histórico que tanto aparece en las lecturas sobre el lugar como el complejo de la Piazza del Duomo y la torre inclinada”.

La cuna del Renacimiento
Hasta que llegó el momento más esperado por Gabriela al llegar a Florencia, ciudad a la que le dedicaron 4 días para encontrarse con la Cuna del Renacimiento emplazada en un paisaje de colinas serpenteado por Rio Arno. Un lugar donde la pintura, la escultura y la arquitectura renacentista se reúnen en esas esquinas donde dejaron su huella creativa Miguel Angel, Leonardo da Vinci, Botticelli, Brunelleschi, Donatello y Rafael, entre otros grandes artistas, bajo el mecenazgo de los Médici.
“En Florencia pude apreciar mucho de lo que buscaba. Me impactó muchísimo la obra de Miguel Angel porque la estudié y la sigo. Disfruté ver por ejemplo “El nacimiento de Venus” y “La Primavera” de Botticelli en la Galería degli Uffizi. El arte está todo en esa ciudad, entre la academia, el Palacio Vecchio y otros lugares. Lamentablemente no pude visitar el Palacio de Verano de los Médici porque estaba cerrado. Pero además uno queda maravillado por el tipo de construcción de los edificios que todavía está intacta, porque ya en aquella época ya tenían sistemas de cloacas, lo que sería agua corriente que venía de la montaña. El estado tenía todo organizado para lo que eran esos tiempos. Actualmente está todo impecable. El gobierno organiza todo, lo ejecutan los privados pero hay fiscalización estricta. Y la historia es sagrada, a tal punto que en la Toscana no se puede cambiar una puerta ni una ventana original. Se manda a arreglar pero no se reemplaza y las fachadas de los edificios se pintan en esa gama de rojizo y rosado que proponen las comunas. Ellos cuidan la historia para que los visitantes se regocijen metro a metro”.
Difícil dejar Florencia, pero el viaje debía continuar…
Es así. De allí continuamos a Siena, una ciudad de apariencia medieval del Siglo XIII con un patrimonio arquitectónico único que me encantó. San Gimignano, conocida como la ciudad de las mil torres y Monteriggione en plena región Toscana, con apenas 50 casas de piedra. Hasta que llegamos a Venecia.
No sería lógico un recorrido por Italia que deje de lado la ciudad de los canales y las artísticas máscaras de carnaval. La de las 118 islas rodeadas de canales y los maravillosos puentes que la enlazan.
“De Venecia me habían hecho mala propaganda, pero me gustó mucho. Los dos días que estuvimos me resultaron poco porque nos quedaron cosas sin ver. A pesar de que nos tocó una jornada con lluvia recorrimos mucho y en el Vaporetto nos fuimos a Burano y Murano. Parece mentira que semejante ciudad esté apoyada en pilotes de madera. De todos modos, anduvimos con el agua arriba de los tobillos en la Piazza San Marcos inundada, pero con la vida continuando igual. Todos tomaban un cafecito en los bares, entraban y salían de la catedral. Allí también se disfruta la arquitectura renacentista en la basílica, el Campanario, el Palacio Ducal y la Torre del Reloj, por citar solo algunos ejemplos”.

Por España y sus contrastes
Desde la ciudad de los canales y las góndolas volaron una hora y media para llegar a Barcelona. Atrás quedaba el país que ofrece varias Italias, todas maravillosas a las que en el futuro volverán. Pero el avión los depositaba ahora en la ciudad catalana de las ramblas, las construcciones de Gaudí y el barrio Gótico.
“Barcelona es una ciudad hermosa, pero en lo personal esperaba un poco más. Vimos toda la obra del genial Gaudí, visitamos el Born que es un paseo por un barrio de origen medieval del Siglo XIII, el casco histórico y el Barrio Gótico, que nos impresionaron muy bien con una impecable conservación de la historia. En el contraluz notamos una ciudad invadida por los inmigrantes, con gente en situación de calle durmiendo o pidiendo. Me desilusionó un poco en ese aspecto, porque con el marketing que tiene no todo está socialmente bien. Los catalanes no se brindan mucho al turista y es como que si vos te ofendés por mala atención no les importa porque detrás tuyo vienen un millón de visitantes más. Son correctos, pero no se esfuerzan por ser amables. Allí alquilamos un auto y viajamos lo más que pudimos por la costa mediterránea de España. Después de un trayecto de una hora llegamos a Sitges, una de las playas preferidas de los barceloneses. De allí a Benidorm, una ciudad que me impresionó muy bien porque había leído antes que era una localidad con playas grandes y las han respetado, no como en otros lugares donde los edificios están encima. Benidorm es enorme en sus edificios frente al mar, comparable a Mar del Plata y un gran movimiento especialmente porque era al fin del verano. Altea es un pueblo pequeño al que se lo conoce como la cúpula del Mediterráneo y encuentro de artistas y escritores que la frecuentaban como Marisol, Rafael Alberto y Vicente Blasco Ibañez. Es muy bonito Alicante, una urbe vibrante y cosmopolita con un clima soleado durante gran parte del año y un rosario de playas hermosas. Tiene además enormes plazas, parques y un gran puerto deportivo. Y nos sorprendió muy bien Valencia, con la Ciudad de las Artes, las playas con arenas más blancas y aguas limpias. Fuimos a dos o tres restaurantes y encontramos muchos argentinos, entre ellos un joven que vivió en General Cerri muy cerca de Bahía Blanca. A propósito, la gastronomía española es muy buena, especialmente con sus jamones, paellas y las tapas que no solamente disfrutan los turistas, sino los españoles también. De todos modos, saben de la calidad de nuestras carnes argentinas. Como en toda España notamos que la salud está perfectamente atendida. La gente vive tranquila, tal vez sin grandes aspiraciones, pero hay seguridad, la educación está asegurada, el transporte público es bueno, las ciudades están límpias y no necesitan mucho más que eso. Salen del trabajo y se van con los amigos a tomar un trago. La vida en general está organizada. Tenemos amigos que llegaron hace 20 años y pagaban el boleto del bus 1,20 en euros; hoy vale 1,25 y pasaron dos décadas. Son países previsibles que tuvieron sus crisis, pero pudieron superarlas. Nos faltó llegar a Almería, pero el tiempo no dio para todo”.
Subieron a la autopista y se fueron a Málaga, una de los puntos turísticos más buscados y elogiados de España, en el lado norte del Mar de Alborán, donde los locales hablan el idioma español con acento andaluz, es la puerta de entrada a la Costa del Sol y el lugar donde nació Picasso.
“Málaga me sorprendió para bien. Se ve que además de la belleza geográfica del lugar , existe un turismo de gran nivel económico e impresionan los yates, los autos, los hoteles, pero la playa no es como las nuestras. De ahí pasamos a una seguidilla de localidades balnearias como Marbella, Torremolinos y una que nos gustó mucho llamada Benalmádena, con playas más amplias. Aprovechando el auto fuimos a Ronda, una ciudad antigua y hermosa en la ruta de los llamados Pueblos Blancos, en plena serranía, con un viejo puente arquitectónico muy particular que une a los barrios del Mercadillo y el casco principal. Es una gran obra de ingeniería lograda con influencias árabes. Todo esto lo hicimos desde Málaga, una ciudad que nos sorprendió además por la vida nocturna que tiene con un clima soñado, un ambiente muy festivo, bares y mucha alegría. En Málaga nos encontramos de causalidad con una procesión que preparan todo el año en honor a la virgen, con la participación de los gitanos, muy tradicional. También disfrutamos la Semana de la Moda. Es un destino estupendo y nos tomamos un descanso un par de días en la playa. Como en Barcelona, aquí también se cuida mucho el consumo del agua, algo que no abunda todo el año”.

Las huellas de la cultura
El relato seguirá ahora por Andalucía, el puente de unión entre dos continentes, Africa y Europa, además punto de encuentro entre el Atlántico y el Mediterráneo, ya en el Sur de la Península Ibérica. Famosa región de clima andaluz que ofrece más de 330 días de sol al año y temperaturas agradables. Y llegaron a Granada, para muchos la ciudad más bonita.
“Granada también mereció más días que los dos que tuvimos. Uno asocia el Palacio La Alhambra y poco más, pero es una ciudad con infinitas cosas para ver. Además, teníamos unos amigos con quienes charlamos mucho y gratamente, pero eso nos quitó tiempo para andar más. Por ejemplo, El Albaicín es un barrio hermoso con una cepa andaluza que me parece que está ahí. Ahí se destaca el Mirador de San Nicolás con vistas a La Alhambra y el Generalife con la Sierra Nevada de fondo. Nuestros amigos nos guiaron por los lugares más importantes. Yo tengo la idea de que ciertas culturas de la antigüedad en vez de centrarse en la guerra, se dedicaron a hacer cosas y progresar, como los etruscos y los fenicios. No como los emperadores que hicieron tanto, pero destruyeron mucho también. Granada era todo seco, pero esos pioneros iluminados tomaron una colina, desviaron el agua y convirtieron el lugar en un vergel de agua, flores y plantas frutales. La arquitectura es Nazarí, con mucho de mosaiquismo azul y demandó 260 años para lograr lo que hoy se considera como la octava maravilla del mundo. Los nazaríes fueron una dinastía árabe musulmana que dominó el Reino de Granada desde 1238 hasta 1492. Desde allí pasamos un día por Toledo y también fue muy poco, pero pudimos ver la Catedral, una mezquita, lo clásico del casco histórico, el Alcázar, la fábrica donde se produce el damasquinado, las espadas y artesanías tan buscadas. “
Ya se acababan los días previstos para tan hermoso viaje, pero faltaba Madrid, la capital española, una ciudad intensa y hermosa, con clásicos como la Puerta del Sol, el cartel gigante del Jerez Tío Pepe, la Casa de los Abanicos, la Puerta de Alcalá y la Fuente de Cibeles.
“Cuatro días también fueron muy poco para Madrid. Así y todo, anduvimos mucho por el Museo del Prado, el Palacio Real, el Parque Retiro, la Gran Vía, la Catedral, la Fuente Cibeles, el Neptuno, pero nos quedaron para otra oportunidad si se da, el Museo de la Reina Sofía, el Palacio Aranjuez y el Palacio del Pardo donde viven los reyes, que ahora se puede visitar entre otros atractivos. Ya veníamos un poco cansados porque fueron 32 días muy intensos entre los dos países. Hemos hecho jornadas de caminata entre 16 y 25 kilómetros, según los casos, pero es una buena forma de conocer mejor y perdernos en las callecitas para descubrir sorpresas desconocidas. Cada lugar tiene su encanto”.
Y en el futuro, ¿qué se avizora en esto de seguir andando por el mundo?
Tenemos dos posibilidades. Una es hacer al revés que éste, el Norte de España donde está el origen de mi familia, ya que mi abuela me contaba siempre de su vida en Nogar, un pueblito muy pequeño en la provincia de León y también el Sur de Italia La otra posibilidad sería Francia, Inglaterra, País Vasco y Dinamarca. Dependemos del trabajo de Andrés, con épocas del año donde no puede dejar sus actividades aquí, y en junio, julio o agosto se hace imposible. El Sur de Italia propone Sicilia desde Roma hacia abajo en auto, porque las rutas son muy buenas y el costo del combustible es similar al nuestro. Lo que es muy caro es el estacionamiento de los vehículos, por lo que es bueno en algunos sitios estacionar en algún lugar libre y caminar, si las distancias lo permiten. Las autopistas son muy ordenadas y bien señalizadas, al igual que las rutas comunes. Además, andando en auto, mi esposo pudo ver todas las cosas relacionadas a su actividad, como campos, sembrados, maquinaria y mucho de lo productivo.
Ya en el final nos contaba su orgullo cuando se encontraban especialmente con turistas mejicanos y colombianos que les hablaban muy bien de nuestra Argentina, por los paisajes, la gastronomía y la variedad en la oferta que encuentran cuando nos visitan.
Fue un descubrimiento cultural profundo y una rica experiencia de los Reta. Su primera y movilizante visita a Europa, que en definitiva es siempre una gran idea todo el año.

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