Municipalidad Tres Arroyos

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CREAN UN ALFAJOR ARTESANAL, TRESARROYENSE HASTA EN EL NOMBRE: "1884", LA FECHA FUNDACIONAL DE LA CIUDAD

Traé alfajores

El nuevo producto de Heladería Alpinos no es un helado. Es un alfajor tradicional, fabricado de modo artesanal, tresarroyense hasta en el nombre: “1884”, la fecha fundacional de Tres Arroyos. La dulce nota de “El Periodista”

Febrero 2019
La heladería tresarroyense Alpinos incorporó a su cartera de productos los alfajores caseros “1884”

La heladería tresarroyense Alpinos incorporó a su cartera de productos los alfajores caseros “1884”

Hace cinco meses que el producto “1884” está en la calle. Facundo Jiménez, hijo del dueño Paulo Jiménez, tenía la idea y le propuso a su padre que inviertan y fabriquen juntos ese nuevo alimento para instalar en el mercado. “Es un alfajor tradicional y casero como hay en cualquier otra ciudad”, explica Paulo Jiménez. El verano pasado empezaron a tener charlas y considerar el hecho de agregar un producto más a la oferta histórica de Alpinos. Recién en julio 2018 pudieron ponerse con el proyecto y tomarlo en serio. Hicieron el registro de marca, fueron habilitados por Bromatología y comenzaron a asesorarse para desarrollar la fabricación de las cajas.
Heladería Alpinos abrió sus puertas en 1999. En ese momento, había pocas heladerías y la demanda era importante, por lo que el negocio fue redondo para Paulo Jiménez y su mujer. Tres años después de abrir, en el transcurrir del 2002, habían planificado la receta de los alfajores y pensaron en incorporarlos, pero aquel tiempo también era complicado desde lo económico y la pareja afrontaba sola el negocio, se hacía imposible contratar personal y no daban abasto para fabricar un producto más. Su hijo, Facundo, por esos días era apenas un chico de ocho años.
El tiempo pasó, Facundo creció y se entusiasmó con la idea de volver a fabricar alfajores caseros de chocolate y dulce de leche. Con el proyecto de independizarse y abrir su propio camino, les propuso a sus padres que era el momento oportuno para encarar el producto e instalarlo en el mercado. Ponerle de nombre “1884”, la fecha fundacional de Tres Arroyos, genera un compromiso importante para los Jiménez. La razón del nombre es la identificación que provoca en el ciudadano, no hay otra historia.
“Recién en diciembre empezamos a repartir el producto por distintos comercios y hemos tenido una excelente recepción. Todos ven con muy buenos ojos el hecho de que sea un alfajor 100% tresarroyense y que se identifique con la ciudad en todo sentido. Ese fue el primer paso, el segundo paso fue llevarlo a las tres villas balnearias. Es fundamental llevar buen packaging, de eso se está encargando una empleada”, dice Jiménez. La idea de la familia es instalar el producto en todos los puntos del partido y, después, llevarlo a toda la provincia.
Además, los Jiménez compraron máquinas (bañadora, llenadora de dulce leche) para afrontar la producción a todo ritmo y no tener ninguna merma. “No sabemos muy bien cómo va a ser la demanda porque este es el primer verano que encaramos con este producto, pero esperamos lo mejor y queremos estar preparados”, dice el dueño de Alpinos. La producción se hace íntegramente en la casa central ubicada en Colón 357. “En relación a lo que tenemos hoy, hemos tenido épocas brillantes. Hoy contamos sólo con dos empleados, cuando antes teníamos cinco, pero por razones de costos, no por no tener trabajo, porque siempre hay, pero el tema costos es tremendo. La crisis en este sector se sintió muchísimo. Nosotros tenemos todos los días 15 de cada mes, el cuarto kilo al 50% de precio. Si no haces ese tipo de promociones, se hace difícil, pero es también una forma de retribuirle al cliente su fidelidad, una forma de agradecer”, señala Jiménez.
Paulo Jiménez explica que el problema está en que el helado no es un producto de primera necesidad, entonces no es factible aumentar de precios y tener rentabilidad si los costos te están ahogando. “La luz, el gas, el alquiler, ha subido todo de una forma tremenda. Y del helado podés prescindir, podés tener ganas de tomar pero si no tomás no te pasa nada, o lo reemplazas por algo o no tomás nada, y listo. Lamentablemente, está pasando algo que nos entristece mucho y es que vienen familias a tomar helado, los chicos toman y los padres no. En otras épocas no pasaba, es duro verlo. También de ahí pensamos en agregar otro producto, quizá más económico todavía, para que todos puedan llevarse algo. Cuando la situación mejore, posiblemente necesitemos mano de obra para toda la producción y bueno, emplearemos, pero en el mientras tanto tratamos de mantenernos así”, explica.
Alpinos encara un proyecto ambicioso en un momento crítico de la situación económica. “Estamos con muchas ganas, las expectativas son altas”, concluye Jiménez.

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