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EL DOCTOR EDUARDO BORDONE SE JUBILO Y
DEJO TRES ARROYOS PARA RADICARSE EN MAR DEL PLATA
Decir adiós no es irse
Pediatra, docente, ex funcionario público, médico
escolar, comunicador social
Después de cuatro décadas
de trabajo, el doctor Eduardo Bordone se acogió a los beneficios
de la jubilación y dejó Tres Arroyos para radicarse en Mar
del Plata a disfrutar de esta etapa de su vida. "Me gustaría
seguir trabajando, pero pienso que 38 años es un tiempo bastante
importante para dar un paso al costado, vienen médicos jóvenes,
yo ya cumplí un ciclo", dijo en la despedida, durante el diálogo
con "El Periodista", en el cual repasó su rica trayectoria.
Exclusivo
Después de ejercer durante casi cuatro décadas
la medicina, hace un tiempo empezó a darle vuelta la idea de retirarse.
Creyó que había llegado el momento justo de dar el paso
al costado, aun cuando seguiría toda la vida trabajando en aquello
que más lo apasiona. Cuando definió su retiro, le costó
dejar la actividad y la empezó a extrañar cuando sus pequeños
pacientes lo despedían con un beso antes de la partida. El doctor
Eduardo Bordone se mudó a Mar del Plata, su nuevo lugar de residencia,
después de 38 años de bregar desde Tres Arroyos para que
la medicina escolar sea reconocida y valorada en todo el país.
Este médico especialista en niños, encontró su vocación
por influencia de un primo que lo guió por los caminos de la ciencia
de la salud. "Mi padre no era médico, tenía un primo
en La Plata y lo veía estudiar y me gustaba. Me interesó,
empecé a preguntar y siempre me había gustado la biología".
Estudió en la Universidad de Buenos Aires y un profesor, que lo
marcaría de por vida, se transformó en su asesor y consejero.
"Cuando uno está estudiando la carrera universitaria siempre
tiene un maestro que lo va a asesorando. Un día me preguntó
que especialidad iba a hacer y yo no estaba decidido. Me gustaba la cirugía
pero él me dijo: ´por tu carácter te aconsejo que
te dediques a los niños porque tenés paciencia, un buen
temperamento y carácter tranquilo".
Medicina en el interior
Mientras hacía su residencia, en la sala 17 del Hospital de Niños,
empezó a tomar contacto con sus pequeños pacientes que acrecentaron
aun más su vocación y forjaron en él una conciencia
social que dejarían huella en todos los emprendimientos de su vida.
Con su título recién emitido decidió que era la hora
de partir. En Buenos Aires no había posibilidades de trabajo para
los médicos recién recibidos y lo atraía la idea
de ejercer en el interior. Los vínculos familiares lo trajeron
un día hasta Tres Arroyos.
"Cuando terminé la residencia nos vinimos al interior. Yo
ya era médico recién recibido. Tenía tres años
de residencia en pediatría entonces me pregunté ¿a
dónde voy?. Yo tenía gran necesidad de ir al interior porque
en Buenos Aires no había nada, trabajaba ad honorem, sin sueldo
y la actividad privada era pobre allá. Llego a Tres Arroyos porque
mi señora tiene familia en Gonzáles Chaves y acá".
Años de lucha
Los primeros años fueron de lucha y perseverancia. Sin conocer
a nadie le costó adaptarse y que lo integraran como un tresarroyense
más. Su primera decepción profesional llegó al momento
mismo que pisó la ciudad. "Venía con un cargo nombrado
en La Plata, en el Centro de Lucha Tuberculosa, en el pabellón
del Hospital. Pero el Círculo Médico no me lo reconoció
porque había que ir a concurso".
Para mantener a su familia asumió un cargo como profesor en el
Colegio Industrial. "Tenía diez o doce horas y ese fue mi
sustento. A la vez iba a atender a Gonzáles Chaves pero vivíamos
de la docencia".
Sostiene que los reveses de la vida siempre tienen dos caras. Y las malas
se superan con creces si uno sabe lucharla. La recompensa le llegó
al poco tiempo del lugar menos esperado. "Cuando estaba en una gran
lucha económica, me llaman de la municipalidad para ver si quería
ser Secretario de Bienestar Social. No sabía si tenía que
tomarlo o no. Lo consulté con muchos amigos y acepté".
En ese entonces Díaz Balbuena era el intendente y Bordone ejerció
el cargo desde el '67 hasta el '70. Fue su oportunidad de demostrar que
podía desempeñarse en la función pública y
la posibilidad de insertarse en una ciudad que ya no le era tan ajena.
"Después
hice medicina en forma privada, fui médico del hospital de guardia
durante 14 años en adultos en la sala del hospital y niños
en pediatría. Desempeñé muchas funciones desde entonces
como médico de salud escolar, médico de guardia del hospital,
médico de la sala de pediatría del hospital, bienestar social,
director del centro preventivo asistencial entre otros cargos". Paralelo
a la medicina continuó con su pasión por la docencia y fue
profesor del Colegio Industrial, Nacional, Comercial Nocturno y el Instituto
Superior de Formación Docente. "Me gusta la docencia, fueron
mis dos pilares: la medicina y la docencia"
La medicina escolar, su pasión
Cuando el médico de salud escolar se jubiló, Bordone concursó
para el cargo que ocupó durante 25 años. Esa fue y sigue
siendo su mayor pasión. Lo nombraron presidente de la Sociedad
Argentina de Medicina Escolar y fue invitado a disertar en varios países
del mundo sobre temáticas vinculadas a la violencia y sanidad escolar,
una especialidad que en el país prácticamente no está
desarrollada.
Como muchos rumbos de su vida, la titularidad de la Sociedad Argentina
le llegó casi por casualidad. Una vez navegando en Internet, se
detuvo frente a una lista de médicos de salud escolar en el mundo.
Decidió escribirle a un profesional español, contándole
que se dedicaba desde hace más de dos décadas a la salud
escolar en una ciudad de la provincia de Buenos Aires. A los dos días
recibió una contestación que no esperaba. "Amigo Eduardo,
para mi es un privilegio y un honor, porque eres el único argentino
que me escribe que hace salud escolar en Argentina. Te propongo integrar
la Asociación Iberoamericana de Salud Escolar". Al poco tiempo
le llegó una invitación para un Congreso en Copacabana,
Brasil. Fue esa su presentación en sociedad. Le pidieron que preparara
una conferencia y como buen ariano, no lo dudó. Ese día
disertó sobre violencia escolar ante 1500 profesionales y cuando
terminó su ponencia, un hombre sentado en primera fila se paró
y le gritó "Bravo torero". Así conoció
al médico español al que le había escrito aquella
vez. "Esto fue en el año 2000. De ahí me pidió
que fuéramos a Curitiba. Le dije que iba con lo justo y él
me aclaró que tenía todo pago y que íbamos a la Universidad
de Paraná a dar la misma conferencia".
Desde ahí inició su periplo por países latinoamericanos
y europeos. Estuvo en Santiago de Chile, en Punta Arenas, en Madrid y
en La Habana, Cuba. "Cuando fuimos a Santiago, docentes y médicos
de Punta Arenas me pidieron una conferencia. A mí me conocen en
todo el mundo menos en Tres Arroyos. Es que nadie es profeta en su tierra".
Primer Congreso Argentino
En el último Congreso en Cuba, el año pasado, se reunieron
todos los presidentes de la Asociación de Medicina Escolar. Y acordaron
que el próximo encuentro debía organizarlo Bordone en la
Argentina. "Me dijeron que este año tenía que hacer
una conferencia acá. Ya has paseado, te conocemos, ahora te toca
en tu país. No me achiqué como buen ariano que soy. La íbamos
a hacer en octubre pero tenemos un mes difícil por la cumbre, las
elecciones y un congreso de pediatría. Entonces la organizaremos
para el año que viene en noviembre". Será el primer
Congreso Internacional de Salud Escolar en Argentina. Lo paradójico,
es que mientras esbozaba los detalles del encuentro, lo acababan de jubilar
en su puesto de médico escolar. "Una cosa que no tiene sentido.
Por un lado me nombran médico coordinador regional y a los dos
meses me jubilan del cargo acá. Hay mucha desprolijidad, pero yo
la peleo hasta la última gota de sangre, a mi no me van a ganar.
Tenemos una organización no gubernamental en este tema, soy el
presidente. Trabajamos sin fines de lucro, si me necesitan como médico
de salud escolar, trabajo para el país".
Un merecido descanso
Después de 38 años trabajando diariamente por la salud de
los más pequeños, decidió dar un paso al costado
porque consideró que cumplió un ciclo y le llegó
la hora de un merecido descanso. "Me gustaría seguir trabajando
pero pienso que 38 años es un tiempo bastante importante para dar
un paso al costado, vienen médicos jóvenes, yo ya cumplí
un ciclo, con el orgullo y el honor que sigo trabajando. No estoy desilusionado,
por mí seguiría todos los días, pero creo que me
merezco un descanso, no estoy cansado pero no quiero cansarme, hay una
edad para bancárselo. Es una especialidad muy dura y muy linda.
La experiencia te ayuda a poder trabajar pero la angustia es brava también".
En las casi cuatro décadas que adoptó a nuestra ciudad se
sintió un tresarroyense más. Reconoce que Tres Arroyos le
abrió sus puertas y le dio todo para transitar los caminos de su
vocación. Sin embargo hubo algo que le dejó un sabor amargo
en la partida. "Venía con el coche, una persona venía
en bicicleta, me cerró y yo frené. Al hombre no le pasó
nada, lo llevé al hospital no hice abandono de persona, lo llevé
a la casa y a los tres días hizo la denuncia por la ART. El 23
de abril de este año, el juez me llama y me da la sentencia: dos
años de inhabilitación para manejar, multa y entregar el
carné de conductor. De eso me voy muy amargado, me voy castigado
de Tres Arroyos. La justicia fue dura conmigo y ese es el único
recuerdo malo con el que me voy. Con Tres Arroyos estoy muy agradecido
porque estuve 38 años a gusto".
El doctor Bordone se trasladó a Mar del Plata a fines del mes pasado,
atraído por el mar y por un cúmulo de propuestas ideales
para quien quiere disfrutar de una etapa de su vida. "Elegí
Mar del Plata porque quise vender mi casa y comprar un departamento acá.
Con la venta de mi casa acá no puedo comprar un departamento. Además
allá hay cines, teatros, salones de conferencia, un abanico para
no trabajar y estar como jubilado. Para mi que me gusta estar permanentemente
escuchando y atendiendo es ideal".
A pesar de la nostalgia que le dio dejar "su" tierra, siempre
estará ligado a Tres Arroyos por vínculos familiares y sociales.
El compromiso con la gente que asumió hace décadas lo animaron
a continuar con su rol de comunicador social. Y una vez por mes retornará
para difundir desde su programa televisivo, en lenguaje simple y práctico,
estrategias de prevención para cuidar la salud. Por eso lo suyo
no fue un adiós, sino un hasta luego.
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