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"EPIDEMIA DE EMBARAZOS ADOLESCENTES", CON CHICOS
QUE DEBUTAN A LOS 13 AÑOS Y SE CUIDAN POCO Y NADA
Relaciones peligrosas
En promedio los jóvenes de hoy debutan sexualmente
a los 13 años. Estadísticas obtenidas entre pares en Tres
Arroyos indican que un alto porcentaje se cuida "a veces" o
"nunca", desconociendo aspectos básicos de la anticoncepción.
Se nota: de cada 40 partos que se atienden por mes en el Hospital Pirovano,
10 corresponden a adolescentes. Incluso cada vez son más frecuentes
los embarazos de niñas de entre 12 y 14 años. Las cifras
hablan por sí solas: en 2004, en el nosocomio local, las mujeres
encintas a esa edad aumentaron un 150%. El ministro de Salud de la Nación,
Ginés González García, le puso nombre al problema:
"epidemia de embarazos adolescentes". Informe especial de "El
Periodista" sobre una grave situación que toca de cerca de
los tresarroyenses
Tienen cuerpos de mujer, pero caras de nena. Hace poco
dejaron la infancia para comenzar a transitar la impiadosa adolescencia.
Apuestan a llevarse el mundo por delante y la rebeldía es su mejor
manera de expresarse. Viven una etapa de cambios, de descubrimiento del
otro, de enamoramientos fugaces, de inseguridades y límites inciertos.
Y apenas iniciada esa vorágine algunas sin querer, sin saber, sin
entender, se convierten en madres. Carecen de la solidez emocional para
asumir la responsabilidad de tener un hijo, apenas si pueden sobrellevar
su propia vida. Pero con esa inmadurez y en el afán de conquistar
lo "prohibido", las circunstancias las depositan en el camino
de tener que enfrentar un compromiso para siempre.
Hace unos meses el ministro de Salud de la Nación, Ginés
González García, reconoció que en el país
existe una "epidemia de embarazos adolescentes". Una de cada
cinco mujeres argentinas que esperan hijos son menores de edad. En el
último año hubo un crecimiento del 20% en el número
de adolescentes que se embarcan en la maternidad sin haber terminado siquiera
el secundario. Este dato nada menor, se condice con las cifras que se
manejan en nuestra ciudad. En el Hospital, de 40 partos que ocurren por
mes, 10 son de madres adolescentes. Pero quizá el dato más
preocupante es que se han tornado frecuentes los embarazos de chicas entre
12 y 14 años. Hasta hace un tiempo, en el nosocomio se atendían
dos o tres embarazos en esta franja de edad. En el transcurso del 2004
el aumento se volvió alarmante y fueron diez los casos que se presentaron,
lo que indica un incremento de casi un 150%. Esto tuvo que ver con los
cambios físicos que han adelantado su desarrollo sexual, además
de los estímulos a los que están expuestos los adolescentes
de hoy, en un mundo donde los valores se han tornado difusos y donde el
dictamen de "vivir el momento" se ha impuesto más allá
de cualquier proyección.
Para los adolescentes, el sexo es una aventura por la que merece la pena
asumir ciertos riesgos. Es que en su universo los códigos son distintos
y el sentimiento de invulnerabilidad los lleva a creer que nada les puede
pasar. En una época en donde parecieran tener toda la información
sobre prevención al alcance de la mano, la realidad se encarga
de demostrar lo contrario. Continúan sosteniendo los mitos de que
no hay riesgos de embarazo en las relaciones esporádicas, que las
pastillas anticonceptivas engordan, que es suficiente con no tener relaciones
en los días fértiles o que la primera vez están exentos
de cualquier peligro. Las razones que aducen para no usar métodos
anticonceptivos son muy variables: algunos tienen el temor de que sus
padres los descubran, otras se sienten presionadas por sus parejas o esperan
tener una relación más estable para comenzar a tomar pastillas.
A diferencia de lo que se cree, la conciencia del riesgo no está
instalada. Y un claro ejemplo de esto, es que el 50% de las adolescentes
que ya han tenido un hijo, continúan sin tomar precauciones, porque
no tienen la madurez necesaria para entender el compromiso que se les
vino encima.
Debut a los 13 años
La edad de iniciación sexual ya no es la misma que hace una década
atrás. En ese tiempo, los adolescentes comenzaban a incursionar
en el sexo a los quince o dieciséis años, mientras que ahora
el promedio ha descendido a los trece, con todos los conflictos que ello
implica.
"El embarazo en la adolescencia es un clásico. El problema
ahora es que han bajado las edades, como ha bajado la edad de alcoholismo
o drogadicción. Los adolescentes no tienen conciencia del riesgo,
tienen información pero hablan en un idioma distinto. Tienen por
sobre todas las cosas un problema de invulnerabilidad y de creer que a
ellos nada les puede pasar", aseguró Pablo Desperés,
jefe del Servicio de Toco ginecología del Hospital Pirovano.
La problemática del embarazo precoz se presenta como un emergente
más de la crisis económica y social que ha modificado los
valores familiares y que ha dejado a los adolescentes a la deriva, sin
un acompañamiento firme ni una presencia activa de los padres que
deberían asumir el rol de guías en esta cuestión
delicada. En un mundo donde las costumbres se han vuelto liberales, el
sexo continúa siendo un tema tabú en la familia, que deposita
en el colegio la responsabilidad de brindar educación sexual a
sus hijos, que evita los cuestionamientos o posterga las dudas para tratarlas
en algún momento... en un tiempo donde puede ser demasiado tarde.
Educación sexual urgente
Diferentes estudios han demostrado que una quinta parte de los embarazos
adolescentes ocurre durante el primer mes de haber iniciado las relaciones
sexuales y la mitad dentro de los primeros seis meses. Estos datos dan
una idea de la velocidad con la que ocurren los hechos en esta etapa de
la vida y de la necesidad de implementar y agotar todos los métodos
posibles para llegar a esta población en riesgo.
"En este momento la media de inicio de relaciones sexuales es de
13 años. Entonces es función de la familia empezar a hablar
del tema cuando tienen once o doce años. Los cambios van tan rápidos
que uno como padre se está acordando del cumpleaños de nueve
años, cuando la vestías para la primera comunión
y tres años después tu nena empezó a menstruar, a
tener relaciones y para cuando llegaste a preguntarle ya estuvo un año
manteniendo relaciones y estuvo expuesta a quedar embarazada. Falta que
los padres entiendan la problemática como es, porque sino sigue
siendo la historia que le pasó a la ´fulana de la esquina".
Mientras no se tome conciencia en la familia de que tienen que tomar esta
problemática desde los once o los doce años esta situación
no va a cambiar. Nadie habla de esto a esa edad porque uno los ve chiquitos
y tenés el miedo de que si le empezás a hablar de esto lo
estás fomentando. En realidad no le estás dando vía
libre, es que esta situación ya está instalada", mencionó
Desperés.
La realidad indica que es necesario trabajar en forma urgente en lo que
concierne a la educación sexual. Y que también hay que empezar
a edades cada vez más tempranas. Porque el embarazo adolescente
constituye el mejor ejemplo de cómo una circunstancia individual
y personal se convierte en un problema social presente y futuro. Es que
la maternidad adolescente es tan sólo el comienzo de las frustraciones
personales, familiares, educativas y laborales. Los padres son los primeros
que deberían tomar conciencia de que la problemática involucra
a todos y cada uno, y de que sus hijos están pidiendo contención
e información a gritos. Lo que está en juego es la salud
sexual y reproductiva de los adolescentes. Y a juzgar por las estadísticas
lo que se pone en riesgo es el futuro.
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INICIATIVA DE PROFESIONALES
DEL HOSPITAL
Educar es prevenir
Los profesionales del hospital elevaron un proyecto
al Consejo Escolar para implementar la educación sexual en
los colegios a través de la formación de pares, buscando
que sean los propios adolescentes los referentes y los que transmitan
información al resto de sus compañeros. Está
demostrado que las consultas son vividas por los adolescentes como
una situación difícil y buscan confidencialidad ante
el temor de que sus padres descubran sus inquietudes.
Este sistema se ha aplicado en otros países con resultados
favorables, aunque a largo plazo. "El tema sería llevar
los anticonceptivos a los colegios, aunque no se puede porque hay
trabas legales. Cualquier paciente puede ser tratada con pastillas
anticonceptivas al año que empiezan a menstruar, pero la
ley prohíbe dar medicación anticonceptiva a menores
de 14 años", mencionó Desperés como una
de las paradojas de los programas de prevención.
La otra alternativa que se maneja es la de facilitar que el adolescente
pueda efectuar una consulta directa con el profesional para que
pueda evacuar las dudas necesarias. "Si la adolescente pudiera
estar informada a diario de la situación de riesgo, sin tener
que ir a la casa a decirle a la madre que la lleve al médico,
se podría llegar un poco más rápido. Lo ideal
sería que pudiera consultar sola, pero si no tenés
autorización de los padres entonces se entra en otro problema
legal".
Por esta razón, será el Consejo el que deberá
evaluar el proyecto e introducir las reformas necesarias para ser
elevado al Concejo Deliberante y que pueda ser aprobado a fin de
tener un respaldo municipal que avale este accionar. "Con este
sistema, en un lapso de dos o tres años se podrían
bajar las estadísticas, quizás no a niveles deseables
pero al menos impedir el crecimiento".
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ENCUESTA ENTRE ADOLESCENTES TRESARROYENSES ARROJO
CIFRAS ALARMANTES
La edad de la ignorancia
"Las relaciones sexuales se inician desconociendo
aspectos importantes de sí mismos, ignorando como funciona
el propio cuerpo, cómo y cuándo se produce la fecundación,
cómo es el ciclo de la ovulación y sobre todo desinformados
respecto de los métodos anticonceptivos", menciona un
informe, basado en encuestas a sus pares, realizado por alumnos
de tercero primera de Ciencias Naturales de la Escuela Media Nº
2 de Tres Arroyos
El tema del sexo adolescente es una realidad que
debería emerger públicamente para que se tome real
conciencia de los riesgos a los que están expuestos al no
asumir una sexualidad responsable. Son los propios chicos los que
buscan poner sobre el tapete una cuestión que aun en tiempos
de información, continúa siendo tabú entre
los mayores. Carla Herzog, María de la Paz Iardino y Joaquín
Lazaga, alumnos de tercero primera de Ciencias Naturales de la Escuela
Media Nº 2, eligieron el tema de los métodos anticonceptivos
como parte de un trabajo de investigación que tenía
como objetivo indagar sobre el grado de conocimiento que poseen
los chicos de entre 12 y 18 años acerca de los mecanismos
de prevención. Para llevar adelante esta tarea realizaron
un diseño de campo a través de encuestas a más
de un centenar de alumnos de la institución partiendo de
la hipótesis de que poseían un bajo conocimiento sobre
métodos de prevención y su modo de utilización.
Los resultados estadísticos evidencian cifras sorprendentes
y demuestran a las claras que, como mencionan en el informe, "las
relaciones sexuales se inician desconociendo aspectos importantes
de sí mismos, ignorando como funciona el propio cuerpo, cómo
y cuando se produce la fecundación, cómo es el ciclo
de la ovulación y sobre todo desinformados respecto a los
métodos anticonceptivos".
Los datos más llamativos del relevamiento están asociados
a los cuidados que se adoptan a la hora de mantener relaciones sexuales.
De 63 chicos que aseguraron tener una vida sexual activa, el 20,63%
manifestó que sólo "a veces" utiliza métodos
anticonceptivos y un 12,98% no lo hace "nunca".
Pero hay un punto todavía más alarmante: un 8% de
25 mujeres encuestadas de entre 12 y 15 años afirmaron mantener
relaciones sexuales, al igual que un 22% de 23 varones de esa misma
edad.
El trabajo realizado aborda diferentes aristas de la problemática
y hace un exhaustivo análisis sobre la adolescencia, los
diferentes métodos anticonceptivos, los riesgos a los que
están expuestos en el terreno sexual y la problemática
de los embarazos no deseados.
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