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de Tres Arroyos

 

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FOTOS INEDITAS
Un álbum de fotografías, que se resguarda en el Museo "José Mulazzi", contiene fotos inéditas del Hospital Pirovano tomadas en 1925, cuando solo había pasado un año de su inauguración. En "El Periodista", cinco de esas desconocidas imágenes salen a la luz y pintan de cuerpo entero la magnífica obra concretada ocho décadas atrás

Vista aérea del hospital, tomada desde un aeroplano en el año 1925 por S. Auber. Obsérvese la magnificencia del edificio; lo poco poblada que estaba la zona donde se construyó; el detalle de que aún no existía la ruta 228, que todavía era una avenida con árboles en el medio; y enfrente, cruzando la arteria de doble vía, la existencia del desaparecido Prado Español

Sala de curaciones de mujeres

Los doctores Reyes y Botinelli efectuando una operación

El sector hombres de la Sala Francia

La farmacia del nosocomio

 

 


CUMPLIO 80 AÑOS EL EDIFICIO DEL
HOSPITAL PIROVANO DE TRES ARROYOS

Goza de buena salud

El edificio del Hospital Pirovano de Tres Arroyos acaba de cumplir 80 años. Para la época de su inauguración, en 1924, constituyó una edificación imponente, cuya concreción requirió de colectas populares y aportes fundamentales de los hombres más adinerados de la ciudad. Ocho décadas después, y más allá de reformas y ampliaciones, continúa arreglándoselas para cobijar a un centro médico modelo, que brinda servicios no solo a los tresarroyenses sino a los habitantes de una amplia región. "El Periodista" recrea la historia de su construcción y observa con orgullo, a la distancia, que la obra goza de buena salud

El pasado 27 de julio el edificio que ocupa el Hospital Pirovano cumplió 80 años. La oportunidad fue propicia para, en un acto desarrollado en las instalaciones del nosocomio, recordar a quienes fueron los principales impulsores de una obra que posibilitó mejorar sensiblemente la atención de la salud entre la creciente población de la pujante Tres Arroyos de los años '20.
Como se mencionó en la edición de julio de "El Periodista", Juan B. Istilart fue uno de los máximos responsables en la concreción de la edificación ubicada al 400 de la calle 1ª Junta y, como tal, el recuerdo para este prohombre que tuvo la ciudad fue insoslayable para los responsables del homenaje realizado el mes anterior. Por ello, en la oportunidad se descubrió una placa que lleva impresa una frase que formó parte del discurso ofrecido por el creador de la fábrica más importante que tuvo Tres Arroyos durante el acto inaugural del Pirovano el 27 de julio de 1924.
La expresión que ahora puede leerse en una de las paredes del hospital permite dos lecturas. Por un lado, es testimonio de la forma en que se obtuvieron los fondos para la construcción del centro de salud -colectas entre los habitantes más pudientes-, y por el otro, encierra toda una postura con relación a un valor prioritario para la vida en sociedad: la solidaridad.
Aquel lejano invierno de 1924 Istilart dijo: "Nos hemos dirigido a los ricos, invitándolos a ejercer el más noble y magnánimo privilegio del esfuerzo victorioso. ¿De qué serviría a la montaña su soberbia corona de nieve si, derretida a las caricias del sol, y derramándose por la ladera, no viniera a fecundar el valle y hacer nacer allí la vida y la alegría? ¿De qué serviría la riqueza acumulada, aunque proceda de la conjunción del trabajo y de la suerte si, diluida al calor de la solidaridad humana, no pudiera crear a sus pies la vida exuberante y feliz?".

La historia

El primer médico oficial que tuvo Tres Arroyos se llamó Adolfo Sánchez de León, un español que fue designado por el primer jefe comunal, don Félix Camet, el 15 de agosto de 1885.
El nombramiento de un facultativo derivó un año más tarde en el nacimiento de lo que podría considerarse "el primer" hospital que tuvo la ciudad. En realidad, se trataba de una humilde propiedad que estaba ubicada en la calle Alsina entre Brown y Reconquista que funcionaba como lo que hoy consideraríamos una sala de primeros auxilios.
En 1887 el modesto nosocomio dejó de operar allí para ocupar un edificio mucho mejor dotado que estaba emplazado en Pedro N. Carrera al 600, predio que en la actualidad ocupa la Escuela de Educación Técnica.
Hasta el año 1907 el centro de salud municipal se llamaba Hospital de Tres Arroyos. Ese año, un decreto del Departamento Ejecutivo ordenó colocarle el nombre del ilustre cirujano Ignacio Pirovano, quien había fallecido 12 años antes en la ciudad de Buenos Aires.
A pesar de que a comienzos del siglo el hospital contaba con espacio suficiente, no hubo que esperar demasiado, apenas a la década del '10, para que sus salas resultaran insuficientes para atender la creciente demanda generada por una población que se multiplicaba mes a mes.
En 1916 una junta de damas se constituyó en comisión administradora del Hospital Pirovano con la intención de trabajar en pos de mudar el nosocomio a un sitio más amplio y mejor dotado tecnológicamente. Sin embargo, hasta la llegada de la comisión administradora del año 1918 no hubo avances al respecto.
Los tresarroyenses que integraron aquel grupo destinado a comandar la administración del hospital llegaron a sus funciones con una meta muy clara, que además nacía de la propia necesidad de la población, construir un nuevo centro de atención que fuera capaz de cubrir la demanda sanitaria de la localidad.
Presidida por Juan Bautista Istilart, la comisión administradora contaba entre sus miembros a Manuel Hurtado, Juan Guillamón, Miguel Guisasola, Manuel Pérez Echegoyen, Bernardino Sueiro, Fermín Mauco, José Bilbao, José Carriquiri, Martín Groppa, Miguel Aizpurúa y Bautista Vassolo.
Se reunieron por primera vez el 11 de junio. En el encuentro Istilart recordó que don Félix Ayastuy había efectuado una donación de 10.000 pesos para la erección del nosocomio y estimó que ese dinero debía servir de base para comenzar una colecta pública destinada a reunir los fondos restantes para concretar la obra tan anhelada.
El propio industrial contribuyó con 10.000 pesos más y se estableció que debían buscarse 5 suscripciones más por ese monto, 10 aportes de 5000 pesos, 15 de 3000, 20 de 2000 y todos los donativos de 50 pesos que fueran necesarios hasta alcanzar la suma de 235.000 pesos, suma requerida para encarar la obra.
El 15 de enero de 1919 la comisión volvió a reunirse con el propósito de evaluar la marcha de la colecta -ya se habían conseguido 143.000 pesos-, y tomar una decisión fundamental: cuál sería el sitio en el que se levantaría el nuevo Hospital Pirovano. Se resolvió que un grupo de lotes pertenecientes al municipio, que estaban ubicados en la chacra Nº 9, letra E, del ejido urbano, serían los terrenos sobre los que se apoyaría la construcción.
El resultado del encuentro celebrado por la comisión pro hospital en los comienzos del '19 era claro: se podía dar inicio a la tan ansiada obra. Sin embargo, la burocracia hizo tan lento el proceso de aprobación de los planos y otros trámites necesarios para la erección del hospital que transcurrieron poco más de cinco años para que el flamante Pirovano pudiera ser inaugurado. No obstante, es válido señalar que, antes de la apertura formal del nosocomio, varios enfermos ya eran atendidos o internados en los sectores terminados del edificio, descomprimiendo así la sobreocupación que sufrían las salas de la calle Pedro N. Carrera.

El hospital en 1925

Cuando el nuevo edificio del Hospital Pirovano arribó a su primer año de existencia, el doctor Luciano Cieza le envió al presidente de la Comisión Administradora del nosocomio una nota que detallaba los servicios con los que se contaba en ese momento y la forma en la cual estaban organizados. A continuación reproducimos aquel texto, que sin dudas goza de un altísimo valor histórico. "Los servicios han quedado establecidos en la forma siguiente, faltando sólo el laboratorio que será habilitado con toda seguridad en el año entrante. Clínica médica, Sala Francia: Dr. Domingo Dameno; Clínica médica, Sala Ayastuy: Dr. Pedro Bottinelli; Clínica quirúrgica, Sala Francia: Dr. Alberto O. Cier; Clínica quirúrgica, Sala Ayastuy: Dr. Marcelino Reyes; Ginecología, Sala Maternidad: Doctores Germán Puchulu, Luciano Cieza, Poaae Querejeta, Narciso Hualde y Alvaro Sellanes; Piel, sífilis y venéreas: Dr. Berdeal Avila; Garganta, nariz y oídos: Dr. Fernando Pérez Botella; Niños: Dr. J. Ianni Di Croce".

PADRE DE LA CIRUGIA ARGENTINA

¿Quién fue Pirovano?

Ignacio Pirovano nació en Buenos Aires el 22 de agosto de 1844 y falleció en la misma ciudad el 2 de julio de 1895. Se recibió como médico en la Facultad de Ciencias Médicas a los 28 años, en 1872. Ya era entonces graduado en farmacia. De escasos recursos económicos, antes de graduarse trabajó en una farmacia y como farmacéutico en el Hospital General de Hombres.
Recién recibido sorprendió a la profesión con una tesis titulada Herniotomía, sobre la extirpación de hernias, que representaba un verdadero adelanto sobre los métodos de la época.
Tras haber conseguido algún prestigio como cirujano, viajó a París con el propósito de perfeccionarse. En Francia conoció y trató en varias ocasiones a Louis Pasteur, entre otros destacados médicos y científicos de aquellos tiempos.
Tres años más tarde regresó a la Argentina con el título de Doctor de la Facultad de Medicina de París y fue nombrado titular de la cátedra de Histología y Anatomía Patológica en la Facultad de Medicina de Buenos Aires.
Con sólo 31 años, Pirovano estaba considerado el máximo referente en materia de cirugía en el país y sus opiniones eran plenamente aceptadas por sus colegas. Cuando falleció, a los 50 años de edad, ya se decía que era el padre de la cirugía argentina. En homenaje, el hospital de Tres Arroyos lleva su nombre.


 
 
El Periodista de Tres Arroyos.
Tres Arroyos, Pcia. de Buenos Aires, República Argentina