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SE LE DEBE UN JUSTO HOMENAJE AL
MAS GRANDE DEPORTISTA QUE DIO TRES ARROYOS

¡Grande, Carrerita!

Pedro Leopoldo Carrera, que nació en 1914 y falleció en 1962, fue el más grande deportista que dio Tres Arroyos. Quíntuple campeón mundial de billar y dueño del récord de carambolas libres, al igual que Fangio y Gardel, fue único. En lo suyo, el mejor. Repasando su vida y lo que brindó a lo largo de ella, lo que representó para la ciudad, a la que nunca se cansó de nombrar pues se sentía un verdadero embajador de su pueblo, da la sensación que no se recuerda a "Carrerita" en la dimensión que se merece. Si hasta muchos desconocen quién fue o lo que hizo. Bueno sería que quienes detentan el poder de decisión, rescaten su figura y la coloquen en el lugar que sin dudas se merece. En estas páginas, "El Periodista" le brinda un justo homenaje

El más grande jugador de billar del mundo nació en Tres Arroyos y paseó orgulloso el nombre de la ciudad por cuanto torneo se precie de importante, aquí y allá, en cualquier lugar del país y del exterior. Se llamó Pedro Leopoldo Carrera, ganó 5 campeonatos mundiales de billar y logró el récord de carambolas libres, que registró ante escribano público en el ex Café Bar Colón, ubicado sobre la avenida Moreno, después de 12 horas de no errar una tacada. No de carambola, el nombre de "Carrerita" está impreso a fuego en las páginas más gloriosas de la historia local.
Pedro Leopoldo Carrera nació en Tres Arroyos en el año 1914, jugó al fútbol y le tomó el gusto al automovilismo, hasta que un taco se posó en sus manos y ya nunca más nadie pudo alejarlo del billar. En este deporte sacó chapa patente de invencible, corroborando la afirmación con la obtención de título tras título, entre los que se destacan sus 5 campeonatos mundiales en diferentes especialidades. Pero claro, para llegar ahí antes recorrió un largo trayecto que supo de conquistas locales, provinciales, nacionales y sudamericanas.

Galán de la época

"Carrerita" no sólo fue un ganador sobre el paño verde, también lo fue en la vida. Transcurrió sus días de impecable smoking, moño y clavel en la solapa. Peinado hacia atrás y a la gomina, fiel a la moda de la época, de no haber nacido en Tres Arroyos y dedicado al billar, quizás hubiese sido galán. Y si no que lo digan las damas de entonces que recuerden aquellos días. No hubo mujer de ese tiempo que no haya hablado u oído hablar del "buen mozo Carrera".

Vecino del barrio Quilmes

Decíamos que nació en 1914 en el seno de un hogar de clase media, tirando a alta. Su padre y tío eran propietarios de un almacén de ramos generales que llevaba por razón social el apellido de la familia y ocupaba la esquina de Moreno y Suipacha, donde hoy se encuentra la firma "El Agropecuario". A metros nada más estaba su casa, en Moreno 777, edificio que actualmente es sede del gremio de Luz y Fuerza.
Queda claro entonces que perteneció a la barriada de Quilmes y, precisamente en ese barrio, desarrolló sus primeras andanzas. Compañeros de aventura resultaron, entre otros apellidos plenamente identificados con ese sector de la ciudad como Arenas y Rodera, Manuel Costoyas y José Abel Del Vecchio, que brindó su testimonio para esta suerte de homenaje periodístico.

Del auto y el petiso al billar

Nada amilanaba el espíritu aventurero de "Pedrito" como le llamaban en el barrio. Igualmente se prendía a la monta de un petiso que le habían regalado como a las "picadas" en el auto Ubsmobile que le prestaba su tío. Respecto del petiso, tanto él como sus amigos demostraban sus dotes de jinete en un terreno del barrio. Del Ubsmobile, que era según los memoriosos "un fierro infernal", se cuenta que lo pisaba al taco, haciendo picadas en la avenida Moreno entre el 1000 y el 2000, que por entonces era de tierra, ante los insultos de los vecinos que tenían que padecer la polvareda.
Con el billar se encontró de la mano de sus amigos, en el ex Café La Angelita, que estaba ubicado en Suipacha y Mitre. El propietario del lugar, Juan Fernández, era un bonachón que permitía que los pibes jugaran a las carambolas sobre el paño verde. Al principio "Carrerita" no lograba ni colocar el taco entre los dedos, por lo cual era cantado perdedor en las primeras partidas. Más hubo de transcurrir poco tiempo hasta que la condición se invirtiera y los que perdieran fueran otros, pues "Pedrito" en el metié era seguro vencedor.

Del centro a Buenos Aires

La proyección en el juego la obtuvo en el ex Café Bar Colón. Fue en este lugar, primero ubicado en la calle de homónimo nombre y luego, ya en el tiempo de Carrera, sobre la avenida Moreno, que ganó juegos y fama. Era tanta su destreza con el taco que, a los 19 años, su padrastro -el padre había muerto joven-, lo llevó a la capital federal para que hiciera carrera, recalando en la Meca del billar en Argentina: "Los 36 billares".
Tal como había sabido hacerlo en su tierra, en Buenos Aires tampoco tuvo rival. Cada partida que un jugador hacía contra Carrera, era una contienda perdida. De tal modo, canchero y no sin cierto histrionismo, el excepcional billarista logró hasta una fervorosa hinchada que aplaudía cada cuota de destreza, que ciertamente no eran pocas al cabo de un juego. Entre esa hinchada se encontraba Juan Duarte, hermano de Evita, quién lo contactó con el gobierno de Juan Domingo Perón, que auspició casi todos sus viajes a Europa.

Por cada título un hijo

En la historia de Carrera hay una definitiva simbiosis entre sus títulos y la paternidad. Cada uno de los tres primeros campeonatos mundiales que ganó coincidió con el nacimiento de sus tres hijos, lo que lo llevó a acuñar la frase de que "cada campeonato viene con un hijo abajo del brazo".
El primer certamen mundial lo logró en España, en 1950. Al día siguiente nacía su primer hijo, que fue nena y de las buenas. Al año siguiente, en 1951, repitió en Buenos Aires, esta vez en la especialidad de cuadro, coincidiendo con el natalicio de su segundo hijo. En 1952, la obtención de su tercer y más significativo título mundial, en la especialidad de tres bandas, se emparentó con la llegada al mundo de su tercer y último hijo. Ya entonces, se cuenta que Carrerita se preguntó: "¿Me convendrá seguir ganando torneos mundiales?".

La década final

Según se desprende de la indagación que efectuó este periódico, Pedro Leopoldo Carrera era un hombre bondadoso, de bajo perfil, que ganó mucho dinero. Lo hizo con tanta rapidez como lo gastó, sin hacer reservas para cuando empezó a errar en la carambola de la vida y su salud, definitivamente, ya no era la misma. En él habían comenzado a surtir efecto las trasnochadas, los 40 cigarrillos diarios y el alcohol. Este cóctel peligroso dinamitó su pinta y el bolsillo. Comenzaba la lenta declinación de una persona que, en sus años mozos, era imposible imaginar sin su smoking, acompañado de un clavel en la solapa, con pinta de ganador que remataba con un cigarrillo en la comisura de los labios.
Pedro Leopoldo Carrera hizo escuchar las estrofas del Himno Nacional Argentino en distintos países del mundo. En España, mientras los parlantes emanaban el "Oid mortales, el grito sagrado...", lloró de emoción, abrazado al embajador argentino, al obtener el campeonato mundial de 1950. El tresarroyense fue un elegido, como Gardel, como Fangio. En lo suyo, el mejor. Un deportista que no sólo acuña la crónica local en la cima, sino la historia del billar mundial.
Falleció en 1962 y sus restos descansan en el cementerio de Azul, donde residían su mujer y uno de los hijos.

Se le debe un homenaje

Repasando su vida y lo que brindó a lo largo de ella, lo que representó para Tres Arroyos, ciudad a la que nunca se cansó de nombrar, pues se sentía un verdadero embajador de su pueblo, da la sensación de que no se recuerda a Pedro Leopoldo Carrera en la dimensión que se merece. Si hasta muchos desconocen quién fue o lo que hizo. Y Carrerita fue el más exitoso deportista que parió la ciudad. Difícilmente Tres Arroyos dé a luz a otro quíntuple campeón mundial, en esta o en cualquier otra disciplina deportiva. Bueno sería que quienes detentan el poder de decisión, rescaten su figura y la coloquen en el lugar que sin dudas se merece. ¡Por Carrerita, salud!.


Fecha de publicación
Octubre del 2000

 
 
El Periodista de Tres Arroyos.
Tres Arroyos, Pcia. de Buenos Aires, República Argentina