Municipalidad Tres Arroyos

notas edicion de papel

PASAPORTE - ROSA MARIA AIN Y EL ORIENTE PROXIMO

Raíces

“Mary” Ain, tal como se la conoce en Tres Arroyos, tuvo la oportunidad de visitar los países de origen de sus padres, Líbano y Siria, y de conocer otros lugares fascinantes de ese mágico universo que constituyen las tierras y costumbres árabes. Ferviente difusora de esa cultura, compartió su diario de viaje con “El Periodista”

Marzo 2023
Rosa María Ain disfrutó esencialmente sus viajes a lo que suele llamarse el Oriente Próximo, donde se encuentran las raíces de sus padres

Si bien ha recorrido buena parte de los países de Europa, nuestra entrevistada, Rosa María Ain disfrutó esencialmente sus viajes a lo que suele llamarse el Oriente Próximo, donde se encuentran las raíces de sus padres. Líbano, por parte de su madre Jacinta Santiago y Siria, donde nació su padre Nicolás Ain.
Se la conoce mucho en nuestra ciudad por su activa participación en entidades de servicio, el comercio y por ser una de las damas características en la historia de la centenaria Sociedad Libanesa de Tres Arroyos. Hablamos con ella sobre sus presencias en los territorios del mundo árabe.
“Tuve una infancia en un hogar donde se hablaba el idioma y se disfrutaba la hoy tan elogiada gastronomía árabe. Llegaban los inmigrantes de esos países a la casa de mi abuelo y como no sabían hablar el idioma español, al estar todos juntos encontraban cobijo y comentaban cosas y recuerdos de su país”.
El esposo de Mary, como se la conoce en la ciudad, fue el contador Leonel Elías, por muchos años presidente de la Sociedad Libanesa local, en cuyo edificio ella compartió muchas experiencias de vida que hoy permanecen por el amor que profesa al país de sus mayores.
“Yo llegué a Tres Arroyos desde San Cayetano, a los 7 años y allí comenzó mi historia con la sociedad donde me crié y aprendí de las mujeres mayores con el tiempo los secretos de la cocina. Entiendo bastante el idioma y lo hablo un poco”.
¿Cómo fue tu experiencia cuando visitaste Líbano?
En realidad fui en dos oportunidades. La primera vez con amigos de Tres Arroyos, Yamil Nohra, su esposa Mercedes y su hija. Recuerdo, a propósito de la conocida hospitalidad de los libaneses, la visita que hizo Yamil a sus compañeros de la escuela primaria. Se esmeraban en atendernos, cuando llegamos nos trajeron una fuente de uvas exquisitas del parral de la casa, refrescos y hasta paquetes de cigarrillos. Luego sirvieron un almuerzo y nos llevaron a hacer un recorrido por la región. Nos alojamos en un colegio religioso, donde también nos daban las comidas, pero los familiares de Antuán Frem, el conocido coiffeur de nuestra ciudad, se acercaban cada mañana para agasajarnos con platos típicos diversos. En ese mismo lugar nos ofrecían automóviles para conocer lugares y el sacerdote católico Andrés, que organizó desde Argentina el tour, nos llevaba en ómnibus hacia ciudades más alejadas. Todas las mañanas asistíamos a misa y de allí iniciábamos nuestros recorridos con algunas pausas donde el padre bajaba y nos alcanzaba frutas, dulces, dátiles y maníes de un tamaño más grande que los que se ven en nuestro país. Así fue que visitamos por ejemplo el complejo de ruinas arquitectónicas de Baalbek, con el Templo de Júpiter y esas enormes columnas que aún se mantienen en pie. Allí se realiza anualmente un gran festival musical al aire libre, destacando con sistemas de iluminación esas construcciones históricas.
Debo decir que integramos una delegación de argentinos de distintas provincias en ese primer viaje, allá por el año 2000. Hubo una segunda visita, años después con mi sobrina María Florencia Ain, visitando el desierto donde se filmaron célebres películas. Anduve en camello y me asusté un poco cuando bajaban las patas de adelante, pero fue algo muy grato. Nos fueron a buscar jóvenes asistentes en camionetas 4 x 4, que me invitaron a manejar para vivir la experiencia. Salimos desde el hotel de Beirut con un muchacho que vestía una túnica blanca impecable, anteojos Ray Ban y chinelas de charol. Mi sobrina conocía mucho el inglés y se encargaba muy bien de la comunicación en ese idioma. Esa noche vi el cielo más hermoso de mi vida con un azul claro, una luna amplia y miles de estrellas. Nunca vi un cielo así. Nos alojaron en carpas hermosas y a la mañana nos agasajaron con un desayuno bien típico, con un nivel muy interesante. Estuve también en Biblos, la ciudad más vieja del mundo, desde la antigua Fenicia que aún existe. Allí fue creado el primer alfabeto. Y además visité Jeita con extraordinarias cavernas subterráneas de piedra caliza de 650 metros de longitud, que pueden navegarse en pequeños barcos. Y un recuerdo hermoso fue estar en el santuario de San Charbel el santo libanés en medio de un bosque de cedros que le dan un marco de mucha paz a ese lugar sagrado. No me olvido de Beit el Dine, famosa por su magnífico palacio construido durante 30 años y una verdadera joya arquitectónica, con un gran parque y un techo que destaca la entrada de la luz. Los sanitarios son de mármol con grifos de bronce.

Oriente y Occidente

¿Cómo estaba Líbano por entonces?
Más allá de las esporádicas guerras que tanto perjudicaron, vi un país entre los más occidentalizados del mundo árabe. La mujer es muy moderna y muy europea en su manera de vestir. Fuimos a un café de una cadena internacional y las vi pintadas, maquilladas, uñas muy bien arregladas, hablando de las libanesas católicas. En las que profesan otra religión se observan las túnicas largas y partes del rostro cubiertas, respetando sus tradiciones.
Vos ves las fiestas de casamientos y son famosas por su lujo extremo. Hay locales comerciales con todas las primeras marcas del mundo. Fuimos a ver espectáculos con una gran variedad de manifestaciones artísticas, tanto tradicionales como contemporáneas y pude bailar el Dabke, la danza folklórica nacional más característica del Líbano. Las danzarinas en todos los lugares lucían trajes espectaculares. También conocimos el Casino de Beirut, muy lujoso en las afueras de la ciudad.
Con respecto a las etapas de la guerra, solamente vimos tanques del ejército que garantizaban la tranquilidad. En el caso del viaje con mi sobrina, salíamos solas por Beirut solas al anochecer y nunca nadie nos molestó. Lamentablemente por estos tiempos el país está en serios problemas políticos y económicos.
El famoso paisaje libanés de las montañas llenas de cedros, en invierno nevadas, junto al Mar Mediterráneo, ¿pudieron verlo?
Totalmente hermoso. Se sabe que el Líbano tiene solamente 10.450 kilómetros cuadrados, con recursos naturales como el agua y la madera muy abundantes, lo que le da a ese paisaje costero características muy especiales. Albergando en un cordón costero a las principales ciudades, como Beirut, Trípoli, Biblos, Sidón y Tiro. Hay 21 universidades y hablan el idioma árabe mayoritariamente, el francés por el dominio de Francia por muchos años y algo de inglés, que en este caso se usa en los círculos financieros y de negocios.
Es muy elogiada la gastronomía libanesa.
La comida más popular es el kebbe, que es una mezcla de carne de cordero o vacuno picada y trigo burgol, que se puede saborear cruda con aderezos, horneada o frita. También lo típico es el shawarma, un plato muy difundido en el mundo y con gran demanda en Buenos Aires. Una comida típica incluye algunos mezze, o entrantes, como empanadas de espinacas, pastas de garbanzo o berenjenas, queso curado y hojas de parra rellenas. Le sigue un plato principal de carne (por lo general, cordero) o pescado, con frecuencia rellenos de arroz y frutos secos, acompañados de una ensalada fresca al estilo del tabouleh. Los postres son el conocido baklava u otros a base de sémola, sésamo y nueces. El café árabe es una bebida muy apreciada por la población. Las bebidas alcohólicas son económicas y fáciles de conseguir. La más popular, el arak o anís turco, que se suaviza con agua y hielo.
¿Visitaste otros países del mundo árabe?
Estuve en Siria donde anduvimos mucho en combi y llegué al pueblo de mi papá, donde pude ver la casa de mis abuelos. Fui también a Damasco y en todos los casos nos sentimos muy bien recibidos. Paramos con mi sobrina en un alojamiento de tipo estudiantil con habitaciones amplias y un desayuno diario que tomábamos en un patio amplio con aceitunas verdes y negras, huevos y masas dulces muy ricas. También estuvimos en Turquía, recorriendo Ankara, la capital. La bella Estambul, una ciudad preciosa con el Gran Bazar, que tiene 4000 puestos con golosinas, joyas, cristales, relojes y obras de arte que no se se pueden explicar con palabras. También está el mercado de las especias, muy interesante. Las mezquitas son fabulosas, especialmente la Azul. Es suntuosa y sorprendente, con sus arañas gigantes de bronce y alfombras con diseños especiales. Ingresás descalza y te colocan una túnica que te cubre casi totalmente. Van miles de personas por día. Visitamos Pamukkale, famosa por sus extrañas formaciones geológicas y Capadocia donde vivimos la inolvidable experiencia de volar en globo. Nos fueron a buscar a las 4 de la mañana para llegar al desierto antes que el sol subiera. Estaban los globos en el suelo y los encendieron para inflarlos. Son de distintos coloridos con canastos en los que ingresan 20 personas. Despegan suavemente y desde la altura se aprecia uno de los paisajes más hermosos del mundo.
También me encantó Marruecos, muy tradicional, comiendo cordero en vasijas de barro con verduras y un centro comercial muy interesante. Y también pasamos por Jordania, un país interesante.

El legado
Y hablando de la influencia de los países árabes y su cultura nos contaba de la magnificencia de las obras que dejaron en un sector de España, en las zonas de Córdoba, Granada y Sevilla donde también estuvo. “Dicen que hay más de 4000 palabras en el idioma español que provienen del árabe, a raíz de la permanencia por espacio de 800 años de los moriscos especialmente en Andalucía. He conocido allí algunos de los edificios más emblemáticos, como la Mezquita de Córdoba, la Alhambra de Granada o la Giralda en Sevilla”.
Esa pasión por la cultura de sus mayores llevó a Mary a dedicarle mucho tiempo de su vida a la difusión de lo aprendido. Hoy con su hija Betina Elías, participan activamente en la Sociedad Libanesa “y uno de mis mayores deseos es apoyar a los jóvenes que están integrados a nuestra institución, para que no se apague esa llama de luz que encendieron nuestros mayores, aquellos inmigrantes que llegaron a comienzos del siglo pasado, se integraron con las dificultades iniciales del idioma y las costumbres locales para sumarse a la comunidad argentina conformando familias respetadas y generosas”.

La Mezquita de Mohamed Al-Amin en Beirut, uno de los lugares que visitó Mary Ain

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Mary Ain es una ferviente difusora de la cultura árabe en Tres Arroyos

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En Ait Ben Hadou, Marruecos, otro de los fantásticos sitios que conoció Mary

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