8 DE MARZO, DÍA DE LA MUJER: STEFANIA ALEGRO, MECANICA AUTOMOTRIZ
“Lo veo como un trabajo más”
En un mundo donde la industria automotriz ha sido históricamente dominada por hombres, la figura de la mujer mecánica de autos emerge como un símbolo de cambio y determinación. Estas mujeres desafiantes no solo demuestran su habilidad y conocimiento en el campo, sino que también inspiran a futuras generaciones a perseguir sus sueños sin importar las barreras de género
Stefanía Alegro, de 20 años, es una de las pocas mujeres que se desempeñan como mecánicas en Tres Arroyos. En el Día de la Mujer, comparte su experiencia en la industria automotriz y anima a otras mujeres a seguir sus pasos.
Egresó de la Escuela de Educación Técnica Nº 1 de Tres Arroyos, con el título de técnica electromecánica. Sin experiencia en el rubro automotriz, realizó pasantías en Toyota y fue contratada antes de terminar el colegio. Hoy, dos años y medio después, se desempeña como Técnica Toyota en el taller del concesionario local. "Fui a la Escuela Técnica e hice pasantías en Toyota por dos meses. En realidad, era un mes, pero nos gustó tanto que con mis compañeras pedimos quedarnos más tiempo. Éramos tres, y lo disfrutamos mucho. Después de ese segundo mes, Manuel Hernández me preguntó si quería seguir trabajando ahí. Le dije que sí y una semana antes de terminar el colegio ya tenía trabajo", relata Stefanía con orgullo.
Aprendizaje desde cero
Aunque estudió en una escuela técnica, Stefanía admite que llegó a Toyota sin conocimientos de mecánica automotriz. "La verdad es que no tenía idea de mecánica. Solo sabía que la Hilux era de Toyota y nada más. Tuve que aprender absolutamente todo allí adentro. Ahora, algo de idea tengo", dice con humor.
La capacitación formal dentro de la empresa llegó un año después. "Las capacitaciones en Zárate fueron fundamentales, pero antes de eso aprendí en la práctica, con la explicación de mis compañeros. Al principio, trabajaba con otro mecánico que me iba guiando. Luego, me asignaron mi propio elevador y empecé a trabajar sola", explica.
Un trabajo desafiante
Actualmente, Stefanía realiza tareas de servicio en los vehículos: "Cambio aceite, filtros, pastillas de freno y, de a poquito, voy empezando a usar el escáner y la computadora", cuenta. "No sé si soy la más fanática de la mecánica, pero me gusta estar siempre aprendiendo algo nuevo. Llegué sin saber absolutamente nada y cada día aprendo algo más".
Recuerda sus primeros logros con emoción: "Al principio, cuando llegaba a casa decía 'hoy cambié las pastillas de freno por primera vez'. Era un montón. Y así siempre, aprendiendo un poco más".
Su jornada laboral es amplia: "Trabajo de ocho a cinco y hago entre ocho y diez servicios por día, dependiendo del tipo de servicio. Hay días más tranquilos y otros en los que el taller no para".
Derribando prejuicios en el taller
Ingresar a un rubro mayoritariamente masculino no fue fácil, pero Stefanía ha sabido hacerse un lugar. "Muchas veces los clientes me miraban raro al principio. Ahora están más acostumbrados, pero al principio había reticencia. Sobre todo, los hombres, que dudaban de que yo pudiera hacer bien el trabajo. En cambio, cuando venía una mujer, solían decir 'qué bueno que haya mujeres en este rubro'", comenta.
La atención al detalle es una de sus fortalezas. "Siempre dicen que las mujeres somos más prolijas y meticulosas. Yo veo mi cajón de herramientas y está ordenado, en cambio mis compañeros nunca encuentran nada", dice entre risas.
El apoyo de la empresa y su familia
Stefanía destaca que Toyota ha sido un gran apoyo en su desarrollo profesional. "Me compraron un elevador especial para que no tenga que hacer tanta fuerza. La tecnología ayudó mucho a que el trabajo sea más llevadero”, afirma.
También su familia ha sido clave en su camino. "Mi mamá está re orgullosa y mi papá lo mismo", señala.
Consejos para el mantenimiento del auto
Como mecánica, Stefanía tiene claro cómo mantener un vehículo en buen estado. "Lo más importante es hacer los servicios a tiempo, y si es en el lugar oficial, mejor. Se nota la diferencia cuando alguien realmente se preocupa por su auto", recomienda. "Los servicios se hacen cada 10.000 kilómetros o una vez al año, según el uso del auto".
Desafíos y tareas menos favoritas
Si bien disfruta su trabajo, hay tareas que preferiría evitar. "Lo que menos me gusta hacer es la rotación y balanceo. Ahora es mejor porque tenemos máquinas que ayudan, pero sigue siendo cansador. Tampoco me gusta engrasar las crucetas. Siempre me ensucio toda, así que, si hay pasantes, les paso ese trabajo", dice entre risas.
Para Stefanía, la mecánica es una profesión en constante evolución. "Acepté que no tengo por qué saber algo si nunca lo hice. No hay que sentirse mal por no saber, sino estar dispuesta a aprender", reflexiona.
La mecánica no entiende de género
Stefanía no siente que ser mujer y mecánica deba ser algo excepcional. "La gente se vuelve loca con que sea mecánica, pero yo lo veo como un trabajo más. Cualquiera puede hacerlo", afirma con seguridad. "Cuando entré a Toyota, ni siquiera sabía manejar. No diferenciaba el embrague del freno. Tuve que aprender todo desde cero, pero lo hice. Y si yo pude, cualquiera puede".
El Día de la Mujer lo pasará como cualquier otro: "Seguramente trabajando. No lo veo como algo raro. Es mi trabajo y me gusta hacerlo".
Con su historia, Stefanía Alegro demuestra que la pasión y la perseverancia pueden abrir puertas en cualquier ámbito, rompiendo estereotipos y demostrando que la mecánica no tiene género.