EL DIRECTOR DE “EL PERIODISTA” CON JOSE “PEPE” MUJICA, EX PRESIDENTE DE URUGUAY
“Soy hijo de mis circunstancias”
Con 80 años recién cumplidos, el ex presidente de Uruguay, José “Pepe” Mujica, es uno de los líderes políticos contemporáneos de América Latina. Un hombre de palabras simples, pero de profundo contenido. Aquí su pensamiento, en un abanico que comprende un amplio temario. Entre otros, el ejercicio del poder, la austeridad como estilo de vida, la política argentina y la relación con Cristina. El testimonio de una personalidad sin igual, recogida de primera mano por el director de “El Periodista”
Por Andrés Vergnano (*)
José “Pepe” Mujica acaba de cumplir, el pasado 20 de mayo, 80 años. Ex presidente del Uruguay (2010-2015) y actual senador, su figura tomó relevancia mundial. Al ex titular del gobierno oriental, que fue postulado a Premio Nobel de la Paz, se lo ha llamado “El Mandela de América Latina”. También se lo ha sindicado como “el presidente más pobre del mundo” por la austeridad que caracteriza su estilo de vida.
Entre el 13 y 14 de mayo último, Mujica fue invitado especial y disertante central de las 6° Jornadas de Televisión Cooperativa organizadas por COLSECOR en Córdoba. En el congreso, al que tuve la posibilidad de asistir, el prominente político uruguayo brindó primero una conferencia de prensa y luego, ante un auditorio de más de cuatrocientas personas, una charla magistal sobre cooperativismo.
Con los periodistas acreditados Mujica habló del ejercicio del poder, de la política argentina, de su relación con Cristina, de la tensión entre gobierno y medios, de la injerencia de los imperios en países en conflicto y, por supuesto, de su humilde forma de vida. “El Pepe” es un hombre de palabras simples, pero de contenido profundo. He aquí el pensamiento de unos de los líderes políticos contemporáneos de América Latina.
“Me senté en la puntita de la silla del poder”
Con pasado guerrillero en el Movimiento de Liberación Nacional - Tupamaros, Mujica estuvo 15 años preso. Retornada la democracia y ya en libertad, cofundó el Movimiento de Participación Popular (MPP) dentro del Frente Amplio. Como consecuencia de esa militancia política, primero fue diputado, luego senador, más tarde se lo designó Ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca y finalmente las urnas lo ungieron Presidente de la República Oriental del Uruguay. En un trazo, esa es su síntesis de vida política.
“En aquella época buscaría el poder –dijo en relación a su pasado tupamaro-, y ahora me senté en la puntita de una silla. El ser presidente no es tener el poder, está en disputa. El poder está en los que no salen en la prensa, y a veces son señorones que andan por ahí. Compartimos una lucha de hacha y tiza. Y naturalmente estamos en una sociedad donde el poder económico se manifiesta por todas partes”, planteó Mujica. Agregó que, en esa compulsa, “luchamos por tener una sociedad más equitativa, más justa. Creo que estamos mejor que antes, pero estamos lejos”. El actual senador oriental exteriorizó su deseo de que “vengan generaciones de dirigentes mejores que nosotros para mejorar la situación. Esto es largo, porque en realidad, si no cambias tu, no cambia nada”, enfatizó, para luego trazar un paralelo: “Hace cincuenta años pensábamos que si cambiábamos las relaciones de propiedad y distribución cambiaba la sociedad. Y lo que hoy sabemos es que el cambio cultural es mucho más lento y a la postre fundamental. Tal vez no le dábamos a la cultura el papel que la cultura tiene en la independencia del hombre; reducíamos el curso de la historia a una cuestión económica y resultó un poquito más complicado”, reflexionó.
“Soy hijo de mis circunstancias”
Según los analistas, la gestión de Mujica como Presidente del Uruguay pasará a la historia por algunos logros significativos, pero sobre todo por sus gestos.
Entre los logros, el descenso del índice de pobreza, el crecimiento del empleo, el aumento de los ingresos, la diversificación de la matriz energética. Y por propiciar con éxito algunas iniciativas polémicas: la legalización y regulación de la venta de marihuana; la ley que habilita la interrupción voluntaria del embarazo durante las primeras doce semanas, y la aprobación del matrimonio igualitario.
No obstante, son sus muestras de autenticidad y gestos de humildad los que lo han hecho mundialmente reconocido. Durante el ejercicio de la primera magistratura, Mujica declinó de usar la Residencia Presidencial de Suárez y Reyes y continuó viviendo en su precaria chacra de las afueras de Montevideo. Incluso, como medio de transporte, prefirió su VW Escarabajo de 1987, que aún hoy tiene guardado en el galpón de la chacra “a la orden”. Dijo que “para la vueltita chica alcanza y sobra”. Valga agregar que, mientras fue presidente, “El Pepe” donó el 90% de su sueldo a entidades de beneficencia, acción que justificó diciendo: “Gano más de lo que necesito”.
Ante los periodistas en Córdoba, Mujica confesó que su estilo de vida se condice con las circunstancias que le tocaron vivir. “Yo soy hijo de mis circunstancias. Tuve que vivir muchos años en la soledad de un calabozo, y la noche que me tiraban un colchón estaba feliz. Si no hubiera vivido esa peripecia, tal vez no sería el que soy. Aprendí que si buscas la felicidad, más vale vive liviano de equipaje, con poco compromiso material, que la felicidad está dentro de uno”, dijo. Y añadió: “Aprendí también que las pequeñas cosas de la vida, las cotidianas, al fin y al cabo son las únicas trascendentes. Por lo tanto no me desvive la plata, no preciso mucha casa, no necesito sirvienta… “.
“El Pepe” se puso en un pie de igualdad con la mayoría de sus conciudadanos orientales. “Tengo una vida común y corriente como tiene un hombre de pueblo común y corriente. Ese pueblo que constituye la mayoría, el que vota, el que elige. Y si elige me parece que hay que vivir como él, a su altura. Porque las repúblicas vinieron para suscribir que básicamente los hombres y las mujeres somos iguales, y que en todo caso las diferencias pueden ser de mérito, de aplicación, pero no estamos en una época de condes, de reyes, de marqueses, de alfombra roja…, de todo ese protocolo que nos separa y nos divorcia. Yo no tengo la culpa si el feudalismo y la monarquía nos ha jugado una mala pasada y se nos cuela en las instituciones y formamos parte de sus usos y costumbres. Las repúblicas no debieran ser así, pero ya lo decía Quevedo hace 500 años: ‘Poderoso caballero es don dinero, capaz de transformar el oro en bosta y la bosta en oro’”, citó.
“Mi relación con Cristina ha sido estupenda”
Mujica sabe, porque la historia así se lo ha demostrado, que la suerte de Uruguay, en gran medida, está atada a lo que suceda con su vecino país, la Argentina. Lo explicitó abiertamente, en un párrafo donde habló de la política de este lado del charco, vista en su carácter no de ex presidente, sino –definió-, de “politólogo aficionado”. Por supuesto, también evaluó la relación que supo cultivar con su par argentina, Cristina Fernández de Kirchner.
“Si yo hiciera honor a la verdad, mi relación con Cristina ha sido estupenda a pesar de algunos encontronazos duros. Me doy cuenta, pobre mujer, que no es changa manejar las corporaciones que hay en esta nación. Cristina ha generado una personalidad de no dejarse llevar puesta, y entonces tiene un estilo confrontativo”, sostuvo.
Para “El Pepe”, Cristina ha sido incluso una víctima de género: “Ha tenido una pelea inconmensurable, porque entre otras cosas no le perdonan que sea mujer. Esto es subjetivo, pero hacemos un discurso que la mujer es igual y por abajo la serruchamos. Los disparates que se han dicho de (Michelle) Bachelet, de Dilma (Rousseff) -N.de la R: presidentas de Chile y Brasil respectivamente-. No sé lo que nos pasa, pero me parece que tenemos un machismo que nos juega por abajo”, sentenció.
“Si a Argentina le va bien, a mi país le va fenómeno”
Mujica analizó la situación política argentina despojándose de su traje institucional. “Yo no soy Dios, soy El Pepe, un paisano”, dijo para justificar la posición, y acotó: “Aprendí una lección de la historia. Y es que si a Argentina le va bien, a mi país le va fenómeno; y cuando Argentina sucumbe, allá marchamos. Entonces acompaño a la Argentina en sus humores, en sus dudas, en sus disparadas. Pero no me puedo meter a terciar en la política argentina porque quedaría mal con unos y bien con otros y en realidad le haría mal a mi país”, se sinceró.
Mujica dijo aspirar a lo mejor para su vecino país. “Le deseo a la Argentina lo mejor. Es un país muy rico y se pueden dar algunos lujos hijos de la abundancia”.
“El poder de los medios no es tan absoluto”
Al igual que Argentina, también Uruguay propició una Ley de Medios durante la gestión de Mujica. El ex presidente oriental sopezó la relación entre la prensa y su gobierno, y la calificó de “conflictiva”, aunque sujeta “al plano de los rezongos y los reproches, y no en tono de vida o muerte”, como ocurrió en Argentina.
En ese contexto “El Pepe” examinó la tensión que supone la relación entre medios y poder político. “Los que peleamos históricamente por un reparto más justo de la torta que genera el trabajo, nunca tenemos muy a favor a los grandes medios. Porque los grandes medios son grandes empresas que tienen que defender su presupuesto cotizando con gente con la cual nosotros a veces andamos a los toscasos”, explicó, para luego limitar la influencia de la prensa. “El poder de los medios no es tan absoluto. Si asi fuera, este sujeto no hubiera llegado a la presidencia. Encontramos caminos para hacerles una zancadilla, para filtrarnos y caminar por otros andariveles. Creo que los medios tienen una importancia que no hay que disimular, pero una parte muy importante de mi gente no los escucha”.
El ex mandatario advirtió un cambio de usos y costumbres, de paradigmas. “Por ejemplo, ¿quién lee hoy diarios? La importancia que tienen los medios escritos es que son la producción de lo que dicen los medios audiovisuales. Desde ese punto de vista tienen una importancia indirecta enorme; sin embargo, no tienen la gravitación de hace cincuenta años, porque hoy las masas no consumen periódicos. Las masas, de noche, cuando vienen medias cansadas, ponen el informativo de la tele y si no estás en la tele parece que no existís. El asunto es cómo filtramos por los conductos sociales esa información. Naturalmente, quienes tienen poder económico van a tener otra visión”, subrayó. “Creo que históricamente esta cuestión de los medios se verá con criterio distinto según la clase social a la que pertenecemos. Yo pertenezco al mundo de los trabajadores, de los comprometidos, no odio a nadie ni quiero imponer mi verdad, pero no puedo ser neutral. No quiero ser objetivo, no voy a ser objetivo, creo que la objetividad es una mentira. Puede haber honradez, que no es igual a objetividad. Y honradez creo que hay en gente de izquierda, de derecha y de centro; y hay gente de derecha, izquierda y centro que no es honrada. Pero eso es ya otra historia, es más complicada, es parte de la lucha”.
“Hay que defender la vieja bandera de la autodeterminación”
Finalmente, Mujica se refirió a la intervención de los imperios en países en crisis, como se ha denunciado estaría sucediendo en Venezuela. Por un lado fustigó la acción, y por otro llamó a la reflexión. “Desde que el mundo es mundo y existen imperios, los imperios siempre se meten donde quieren. Lo raro sería que no se metieran. Sería como pretender que hubiera imperios buenos. Los imperios son así por su propia naturaleza”, expuso, y reflexionó: “el problema está en nosotros. No sé hasta cuando le vamos a echar la culpa a ellos, cuando nosotros les facilitamos el trabajo. Tenemos que tener la madurez suficiente para influir sobre nuestros sucesos, pero debemos partir de que en el mundo en que vivimos hay cáncer, reumatismo, fiebre amarilla..., y también hay imperios. Pelear por una economía más solidaria crea condiciones para que el hombre no tenga que recurrir a la dominación, que en definitiva es el origen y el sentido del imperio: dominar. A Venezuela y a todos los pueblos la tenemos que dejar que transcurra, no meternos. El último período de la historia humana ha demostrado que cuanto más se mete Occidente con su exportación de democracia a garrotazos, peor queda: Libia hecha pedazos, Irak igual. Y no es que lo que había era bueno, pero lo que resulta después de intervenir es mucho peor. Hay que defender la vieja bandera de la autodeterminación, y sobre todo nosotros, los latinoamericanos: que cada uno se revuelva con sus uñas. Pero que quede claro, los imperios no escuchan eso”, concluyó.
Mujica textual
.- “Tengo una vida común y corriente como tiene un hombre de pueblo común y corriente. Ese pueblo que constituye la mayoría, el que vota, el que elige”
.- “Mi relación con Cristina ha sido estupenda a pesar de algunos encontronazos duros”
.- “Aprendí una lección de la historia: cuando a la Argentina le va bien, a mi país le va fenómeno; y cuando la Argentina sucumbe, allá marchamos”
.- “Los que peleamos históricamente por un reparto más justo de la torta que genera el trabajo, nunca tenemos muy a favor a los grandes medios”
.- “Ser presidente no es tener el poder, está en disputa; yo no me chupo el dedo”
(*) Licenciado en Periodismo. Director de “El Periodista de Tres Arroyos”