SALE A LA LUZ EL “REGISTRO MUNICIPAL DE PROSTITUTAS”, UN DOCUMENTO LOCAL UNICO DE LA DECADA DEL '20
Chicas fáciles de vida difícil
Un documento local único, atesorado por el periodista Omar Alonso, sale a la luz en estas páginas. Se trata del Registro Municipal de Prostitutas, que data de la década del ’20 y que, por su inestimable valor histórico, acaba de ser incluido en un documental argentino – israelí sobre la trata de personas. Informe especial de “El Periodista”

El periodista Omar Alonso recibió el Registro Municipal de Prostitutas de manos de un abogado, luego de una charla en una escuela. Pero no pensó entonces en la dimensión histórica del documento
El rastreo de acontecimientos históricos de un lugar como Tres Arroyos a veces arroja resultados sorprendentes. Esa búsqueda, que afortunadamente es emprendida por aquellos espíritus inquietos, curiosos, deja a la luz hallazgos, revelaciones difíciles de explicar en tiempos actuales, pero cargadas de veracidad.
El siguiente informe que “El Periodista” pone a consideración de sus lectores puede entenderse como un ejemplo bien claro de lo expresado en el inicio. Gracias al generoso aporte del colega Omar Alonso (durante muchos años, integrante del servicio informativo de LU24, la AM local) se revela la existencia de un libro impensado en éstas épocas. Quizás pocos sepan o tengan referencias acerca del Registro Municipal de Prostitutas, una publicación que data de casi cien años que hoy está en manos del citado periodista, y que formó parte de un documental sobre el tema de la trata de personas, coproducido por Argentina e Israel.
Un diamante en bruto
Omar Alonso, requerido por este medio, tuvo la buena voluntad de relatar, con su particular estilo, de qué manera se produjo el hallazgo de esta publicación, de qué manera llegó a sus manos. Lo detalla a renglón seguido:
“Casi casualmente fui invitado en una ocasión a brindar una charla a alumnos de la Escuela Agropecuaria a cargo del profesor y abogado Pedro López. Yo relataba una realidad basada en meter los pies en el barro para conocer cómo se han forjado con los años muchos de los temas de la inseguridad cotidiana”.
Agregó Alonso que “pocos días después, López apareció en LU 24 cuando yo estaba en funciones, y me dijo si me interesaba un libraco que no era otra cosa que un Registro Municipal de Prostitutas, de la década del '20. Me lo obsequió y desde allí comenzó la historia que luego relatamos”.
“A su vez, el periodista Amílcar Dinsen, por mi pedido, hizo un análisis de dicho registro que se leyó por radio y se publicó en mi sitio web. Ese texto llegó a conocimiento de la licenciada Valeria Dubovik, quien se contactó conmigo y preguntó si era posible ver el documento. En su paso hacia Claromecó, donde tiene familiares, estuvo en mi programa contando el trabajo del Museo de la Mujer sobre este tema y me lo pidió, con el compromiso de devolución. Cumplió con su promesa y el libro está en mi poder, ahora con una mayor conciencia sobre el valor que el mismo tiene, insospechado por mí en una primera instancia”.
Aporte clave
A raíz de la existencia de este material de incalculable valor, el espacio radial “Esto es Historia”, que conduce Omar Alonso, ha sido incluido en un documental que se realiza en colaboración del INCAA (Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales) e Israel, sobre el tema de la trata de personas.
El periodista local aportó nada menos que un Registro Municipal de Prostitutas de la década del '20, material que se exhibió en la denominada “Noche de los Museos”, hace muy poco tiempo.
Los datos fueron presentados en esa ocasión por la licenciada Valeria Dubovik, integrante del Museo de la Mujer, que funciona en la Ciudad de Buenos Aires.
Su contenido quedó registrado y clasificado en el contexto de una investigación más amplia que se viene realizando en todo el país, y que continuará profundizándose.
Análisis detallado
Repasando y revisando el libro, la licenciada Dubovik, que regresó a Tres Arroyos para reintegrar la publicación al periodista tresarroyense, efectuó una valoración de lo encontrado en ella.
Alonso señaló que “de acuerdo a lo que se logró desmenuzar del Registro Municipal de Prostitutas del partido de Tres Arroyos, se pudieron verificar 126 entradas, de las cuales 73 son de argentinas, 8 españolas, 3 de francesas, 3 italianas y una uruguaya, una paraguaya, una chilena, una inglesa y una alemana, que se produjeron entre junio de 1922 y junio de 1925; en total, 3 años”.
Según expresó Dubovik en diálogo con el colega local, “es interesante notar que no hay ninguna polaca, rusa o de algún país de Europa del Este, con lo cual podríamos hipotetizar, dado que muchos autores citan que en la región había un prostíbulo de castigo perteneciente a la Zwi Migdal, que éste o bien no haya existido y forme parte de un imaginario popular de la época que se mitificó, o de haber estado instalado haya funcionado antes de la fecha del registro. Una tercera hipótesis posible es que la organización tratara no solo mujeres judías. Dada la carencia de fuentes que permitan extrapolar con el registro, nos quedaremos solo con este rango de hipotético”.
Vale mencionar que la organización Zwi Migdal fue una red mundial de trata de personas que operó entre 1906 y 1930 con sede en la ciudad de Buenos Aires. Estaba conformada por delincuentes de origen judío que se especializaban en la prostitución forzada de mujeres de esa etnia. La organización las conseguía en aldeas del Este de Europa, porque las comunidades judías estaban bajo peligro constante. Los integrantes de la mafia se presentaban como personas que habían conseguido prosperar en América y que volvían a su tierra para buscar alguien con quien casarse. Las condiciones objetivas de miseria y violencia hacían que las jóvenes y sus familias vieran en la oferta matrimonial una oportunidad que no podía ser rechazada.
Retomando el tema, Dubovik opinó que el Registro Municipal de Prostitutas presenta un perfil del tipo criminológico de las mujeres en cuestión. Por la cantidad de hojas que tiene sin completar y partiendo de la base de que la prostitución estuvo reglamentada hasta 1936, se puede deducir que (debido a algún cambio de tipo administrativo en el municipio) se haya modificado su formato, y agregó que resulta necesario el contraste con otras fuentes para realizar una verificación.
Del relato de Dubovik, Alonso especificó que “la movilidad de las prostitutas que se rescata del libro permite destacar algunos casos: la meretriz que menos tiempo permanece registrada figura solo un día, en abril del año 1923. Quizás haya padecido alguna enfermedad y por eso aparece por tan poco tiempo, aunque en setiembre de 1924 vuelve a encontrarse su nombre como gerenta, en una estadía de 4 meses. Otro es el caso de una francesa que estuvo un mes y en la siguiente entrada figura 1 año y cinco meses. Finalmente se retira del ejercicio del meretricio. En general, la mayoría ronda los dos meses de estadía. En el registro no solo aparecen las prostitutas, sino también las regentas y hasta una dueña de prostíbulo”.
Con certeza y a modo de cierre, una reflexión final, que también fue aportada por el propio Alonso, que esclarece el espíritu que motivó su búsqueda. “Los periodistas en general y especialmente los que hacen investigaciones -refirió-, deberían leer el libro “El suicidio”, escrito a principios del siglo '20 por David Durkheim. Ya en aquellos tiempos decía que para conocer una sociedad es suficiente visitar sus cárceles, sus manicomios y sus prostíbulos. En esa línea de pensamiento y ante la posibilidad de profundizar sobre el submundo de Tres Arroyos, es que he asignado un espacio especial a las ‘crónicas prostibularias’ en mi espacio “Esto es Historia”.
“Memoria de mis putas tristes”
“Nunca me he acostado con ninguna mujer sin pagarle, y a las pocas que no eran del oficio las convencí por la razón o por la fuerza de que recibieran la plata aunque fuera para botarla en la basura. Por mis veinte años empecé a llevar un registro con el nombre, la edad, el lugar, y un breve recordatorio de las circunstancias y el estilo”, escribe el gran Gabriel García Márquez en su “Memoria de mis putas tristes”.
“El Periodista” ya se ha ocupado, en anteriores ediciones, de retratar el submundo de la prostitución en la historia de Tres Arroyos. Pero la aparición de un documento único, el Registro Municipal de Prostitutas de 1920, en manos del periodista Omar Alonso, dio lugar a esta nueva e imperdible crónica.