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LUCIANA PASCUALI ES VOLUNTARIA EN UN HOGAR BARILOCHENSE

Volver a empezar

Es tresarroyense, pero decidió irse a vivir a Bariloche, donde lleva adelante tareas de voluntariado en el Hogar Betania, un refugio para mujeres en situaciones de vulnerabilidad o que requieren alojamiento por diversas circunstancias. El testimonio de Luciana Pascuali para “El Periodista”

Julio 2023
Luciana Pascuali se sumó al proyecto para crear el hogar desde una convocatoria en Facebook y por el deseo de sumar su voluntad a una tarea social

Luciana se sumó al proyecto para crear el hogar desde una convocatoria en Facebook y por el deseo de sumar su voluntad a una tarea social

En la actualidad ¿Hay muchas personas en situación de calle en Bariloche?
La realidad es que el porcentaje de personas que viven en la calle en Bariloche es bajo en relación con la cantidad de personas que viven en la ciudad. La dificultad se presenta con el clima, porque ya en esta época las temperaturas son muy bajas, de hecho recién en mayo tuvimos la primera nevada, no digamos en la ciudad sino en la parte más alta, en los cerros y la temperatura baja muchísimo. Entonces pasa que, lamentablemente todos los años hay personas que mueren por hipotermia, porque no pasan la noche por el frío.
El refugio ¿Para quienes está destinado? ¿Solo mujeres y niños?
Hogar Betania es un hogar de tránsito para mujeres mayores de 18 años sin hijos que estén en situación de calle.
Existen otras casas refugios u hogares que alojan a mujeres con hijos y hay otro que funciona también solamente para hombres. En nuestro caso solo trabajamos con mujeres.
¿Hace cuánto funciona este espacio?
Hogar Betania funciona desde noviembre del 2018. Meses antes empezamos a trabajar un grupo de voluntarias, todas mujeres, para poner en condiciones esta casa que había donado la Municipalidad, la pusimos en funcionamiento y en esa fecha fue que pudimos inaugurarlo.
¿Cuál es el objetivo del lugar además de dar refugio?
Los objetivos del Hogar, además de darles refugio a las mujeres que se encuentren en situación de calle, es también brindarles asesoramiento legal si lo necesitan. Hay profesionales que nos acompañan en este tema. Se dan algunos cursos.
También parte de los alimentos que nos donan o materias primas, ellas lo pueden utilizar para elaborar algún tipo de alimento o viandas para vender y poder generar algún ingreso que las ayude a poder independizarse nuevamente.
Las ayudamos a buscar trabajo y bueno, siempre hay voluntarias en la casa que están ahí acompañándolas y tratando de contenerlas desde la escucha activa.
¿Reciben ayuda del Estado nacional o del Municipio?
La ayuda que recibimos de la Municipalidad de San Carlos de Bariloche es que nos prestó, podría decirse, la casa que en ese momento estaba en desuso, estaba abandonada, para que podamos adecuarla para el funcionamiento como hogar. También, actualmente el hogar no paga impuestos, pero después el resto, todo lo que tenga que ver con el mantenimiento del hogar, se rompe algo o hay que pintar, hay que hacer algún cambio edilicio, todo lo que sea alimentos, productos de limpieza, los talleres que se brindan, todas las cosas que se necesiten, eso nos manejamos todo por donaciones.
Tenemos una página de Facebook e Instagram y bueno, desde ahí, en la medida que vamos necesitando, vamos pidiendo a la comunidad, la realidad es que no podemos quejarnos en cuanto a eso porque siempre la respuesta es muy muy buena.
Todos los meses hacemos una feria de ropa de todas las cosas que nos donan todos los meses la gente de Bariloche. La realidad es que es un muy buen ingreso para nosotras para poder mantener toda la estructura del hogar. Y eventualmente hacemos, por ahí para alguna fecha patria o alguna fecha especial, alguna venta de carbonadas y juntamos fondos de esa manera.
¿Cómo se crea este hogar refugio?
La idea de que exista Hogar Betania fue del padre Pepe, él es un sacerdote católico que anteriormente había fundado también con voluntarios el hogar Emaús que todavía está trabajando, funcionando, es un hogar para hombres en situación de calle y viendo que empezaron a llegar mujeres a Emaús, es que se empieza a pensar en un hogar para mujeres.

Trabajo voluntario

¿Cómo llega usted a participar de este espacio?
Bueno, llegué a través de Facebook, el padre Pepe hizo una convocatoria de mujeres para armar un proyecto de un hogar transitorio, la realidad es que me pareció muy interesante, me gustó mucho la propuesta de hacerlo voluntariamente, hacía rato que quería participar de algo de esa manera, y no se daba. Así que cuando vi esta convocatoria fui sin pensarlo a la primera reunión, desde ahí quedé en el grupo, desde entonces estoy trabajando.
¿Cuáles son los horarios a los que las personas pueden asistir a utilizar el espacio como refugio? ¿O pueden quedarse hasta mejorar su situación?
El hogar está funcionando desde las 18 horas que abre hasta las 13 horas del día siguiente que lo cerramos. Entonces desde la una de la tarde hasta las seis de la tarde, el hogar se encuentra cerrado. Primero porque no hemos podido completar con las voluntarias todo el horario semanal y, por otro lado, también se cierra en esa hora porque hacemos que las mujeres que se estén alojando puedan salir un rato, las que hayan elaborado algún tipo de alimento puedan venderlo, las que tienen que salir a repartir currículum vayan o tienen que hacer algún trámite o poder tratar de resolver su situación familiar si así lo requiere. Entonces los horarios son esos, funciona todos los días del año, los feriados, para las Fiestas, todo el año. El hogar está abierto todo el año.
¿Con qué comodidades cuenta el lugar?
El Hogar es una casa de dos pisos que cuenta con una cocina bastante amplia donde tenemos hornos, heladeras, freezers para que las chicas que se estén alojando puedan utilizar si quieren o para los alimentos que se elaboran allí, después tiene un living comedor y arriba hay tres habitaciones con dos cuchetas cada una de ellas; es un total de 12 camas para las mujeres que lo necesiten. También en las habitaciones hay cuatro pequeños placares, digamos para que ellas puedan guardar sus cosas, baño, las duchas, agua caliente, calefacción y un patio donde tenemos un invernadero y un jardín muy bonito.
¿Considera que hay falencias grandes en el manejo de la ciudad para que exista la necesidad de gestionar un lugar de esta índole? ¿Cuáles son las más graves a su criterio?
Como te contaba al principio, el porcentaje de personas que viven en la calle en Bariloche es bastante bajo en relación con la cantidad de ciudadanos que somos.
En nuestro caso, los motivos por los cuales las mujeres llegan al hogar son muy variados. Sí, es verdad que creo que la mayoría de las mujeres que han llegado fue por un tema de violencia familiar. Pero también hay mujeres que no les han renovado el contrato de alquiler y hasta que puedan conseguir una nueva casa se quedan en el hogar, hay mujeres que viajan a Bariloche por algún tratamiento médico de los pueblitos que están cercanos y para no gastar en alojamiento porque no tienen los recursos, se quedan en el hogar.
No hay, digamos, algo como que a nivel Municipio esté fallando creo, porque las situaciones son muy diversas. Una realidad que estamos viviendo en Bariloche es que después de la pandemia se vino a vivir mucha gente sobre todo de las ciudades más grandes como Buenos Aires, Córdoba Capital, Rosario. Hay mucha gente nueva en Bariloche. Hay trabajo, pero hay un problema habitacional importante. Hoy por hoy hay mucha gente buscando alquileres permanentes porque la realidad es que no hay.
Quienes quieran colaborar con el espacio ¿Pueden hacerlo? ¿De qué manera?
Todas las personas que quieran colaborar con el hogar o que quieran saber un poco más de cómo funciona, de cuáles son nuestros objetivos para llevar adelante este proyecto, lo pueden hacer a través de Facebook o a través de Instagram. Ahí se responde bastante rápido todas las consultas. Tenemos una cuenta bancaria donde se pueden hacer donaciones monetarias; bienvenido será.

Luciana Pascuali es tresarroyense, pero decidió irse a vivir a Bariloche, donde lleva adelante tareas de voluntariado en el Hogar Betania, un refugio para mujeres

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El trabajo de Pascuali y otras mujeres en Betania es voluntario

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