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ANA AMAT Y SU EXCLUSIVO HOTEL DE
ALTA GAMA EN BALNEARIO ORENSE
Un tesoro escondido
Ex reina de belleza, vivió en Paris, Madrid y
en Africa. Casada con un marroquí, un día volvió
a Orense, a la playa por la que corrían sus recuerdos de infancia,
y a partir de su propia casa de veraneo construyó un hotel de lujo,
inimaginable hasta hace poco tiempo para el lugar. Ante "El Periodista",
Ana Amat relató cómo concibe un servicio turístico
de alta gama y de qué manera cada lugar del mundo que recorrió
aparece hoy en las habitaciones del Hotel Punta Desnudez, su exclusiva
oferta de alojamiento ubicada a pocos kilómetros de Tres Arroyos
En pleno recorrido de un exótico camino personal
que incluye concursos de belleza internacionales, reinados y una historia
de amor en tierra árabe, Ana Amat se descubrió a sí
misma como empresaria hotelera casi por casualidad y, por supuesto, por
placer. Propietaria de ese inusual paraíso que se llama Hotel Punta
Desnudez, en el balneario homónimo ubicado en Orense, Ana mantenía
como recuerdo de su infancia, mientras vivía en el exterior, aquellos
lugares donde había sido feliz, como Claromecó, el propio
Orense, el Médano 40
Cuando volvió, varios años después, encontró
en la costa tresarroyense un sitio "que superaba en belleza la fantasía
de mis recuerdos. Me compré una casa, para pasar las vacaciones
con mis hijos cuando me quedaba en la Argentina, y se ve que la propiedad
llamaba la atención, y la gente paraba a preguntarnos si dábamos
alojamiento. Eran tantas las consultas que recibíamos..., inclusive
habíamos comprado unos caballos muy lindos, para salir a andar
con los chicos, y paraban turistas para alquilarlos. Entonces comencé
a darme cuenta de que había una gran demanda de servicios turísticos
que faltaban. Y me dije, vamos a probar
", relató Ana
ante "El Periodista".
Como en casa
El deseo de incursionar en algún tipo de negocio, y el amor por
estas playas tan extensas como todavía poco exploradas en materia
de servicios, llevaron a Ana Amat a dar forma a esa "prueba"
con la construcción de algunas habitaciones en su casa de la costa,
en Punta Desnudez. "Hice las primeras cuatro habitaciones y la demanda
fue enorme. Reduje un poco el espacio de mi propia vivienda de vacaciones,
transformé el living en recepción; lo hice simplemente con
la idea de alojar gente, que después empezó a pedirme un
desayuno, un jugo de naranja, algo para compartir en medio de la naturaleza",
recordó.
Aquel primer intento resultó tan exitoso que de los desayunos algo
informales y las cuatro habitaciones, Ana dio un salto al deseo del hotel
propio y se puso a trabajar en que se hiciera realidad. No fue fácil,
porque su sueño no merecía por entonces las mejores opiniones.
"Todo el mundo me decía que era una locura, y la principal
oposición la tenía en mi propia familia. Me decían
que apuntaba a un nivel turístico de alto poder adquisitivo, que
jamás vendría a Orense, pero yo tenía mi idea y seguí
adelante", advirtió.
Llegaron entonces las primeras ocho habitaciones, dotadas del máximo
confort, con hidromasaje y otros servicios de excelencia. "Construí
un restaurant y lo equipé con cristalería, cubiertos de
plata, todas esas cosas que parecían tonterías. Pero funcionó",
sostuvo Ana. Más tarde llegaría la piscina, una bajada a
la playa privada para los huéspedes y más alternativas de
servicios para quienes elegían un hotel frente al mar en una playa
lejos de los grandes centros turísticos, pero cerca del buen gusto
y la calidad.
Servicios turísticos
"Turismo es dar servicios, y eso es algo que nos cuesta mucho entender
a los argentinos. Vos vas a cualquier hotelito en Estados Unidos o Europa
y la atención es perfecta, cualquier detalle está cuidado
aunque no se trate de cinco estrellas. En uno de los hoteles más
importantes de Mar del Plata, mi hijo se duchó en mi cuarto, dejó
la toalla húmeda en una suite por la que pagábamos un precio
demencial, y sin embargo tuvimos que esperar más de 45 minutos
por una toalla seca que nunca llegó. Nadie se fija en la forma
en que se brindan los servicios y la atención al turista, y sin
embargo eso es lo más importante", señaló Ana,
quien parece haber advertido la cuestión pese a que no tenía
experiencia anterior en este segmento de negocios.
"Nuestros desayunos son buffet, con más de 50 posibilidades
de elección, ya no como en los hoteles cinco estrellas sino como
en los hoteles verdaderamente de lujo", ejemplificó.
El lujo está cerca
Este establecimiento, que ofrece una alternativa de alojamiento de alta
gama a unos pocos kilómetros de Tres Arroyos, es elegido por turistas
con alto poder adquisitivo pero con una búsqueda especial. "Los
precios son acordes a la calidad que ofrecemos: elevados. Por lo tanto,
aunque por supuesto el hotel está abierto a todo el mundo, la gente
que se acerca sabe de qué se trata. Es curioso, porque tenemos
familias, por ejemplo, que han venido durante tres temporadas consecutivas
y sabemos que tienen su propia casa en Punta del Este. Y se quedan 20
días porque tienen el mismo confort, el mismo servicio, pero no
están obligados a correr detrás de sus hijos cada vez que
los pierden de vista por un segundo", explicó Ana Amat.
En este sentido, la empresaria distinguió algunos puntos clave
en las preferencias de sus huéspedes. "La gente puede irse
a Pinamar o a Punta del Este donde los precios son los mismos que los
míos, pero no está tan tranquila ni segura; el paisaje puede
competir con Punta del Este, y ni hablar de Pinamar, donde el agua es
gris, tan cerca de la Bahía Samborombón; y tenemos una bahía
donde hay corrientes de aguas cálidas, con 6 grados más
de temperatura que en Mar del Plata. Pero creo que el pilar fundamental
que podemos ofrecer es la seguridad", advirtió.
Futura ampliación
Quienes se alojan en el Hotel Punta Desnudez, tienen la posibilidad de
bajar a la playa desde su propia habitación, con sus sillas y sombrillas,
no hay ruidos ni música como es frecuente escuchar en los paradores,
y un teléfono inalámbrico los conecta con el beach service
si quieren tomar algo sobre la arena. Y eso no es todo, porque para el
mediano plazo Ana Amat proyecta una futura ampliación del hotel
con departamentos "de más categoría que lo que tenemos".
La apuesta apunta a acercar a Tres Arroyos a turistas de una capacidad
económica que habitualmente no llega a esta costa. "En este
aspecto, yo he tenido mucho apoyo de los periódicos de Buenos Aires,
porque les llamó la atención el lugar que yo elegí
para hacer este hotel, y así nos conoció mucha gente. Además
estamos en Internet, en www.hotelpuntadesnudez.com.ar. Sin embargo, la
mayor parte de los huéspedes han llegado por recomendación
de amigos o familiares. Este lugar es muy especial, y por eso creo que
ni siquiera es necesario que crezca tanto. Yo podría haber hecho
mi hotel para arriba, y sin embargo elegí comprar más terrenos,
aunque fuera más costoso. Porque sería importante que Orense
creciera de manera ordenada, sin elementos que alteraran el paisaje",
opinó.
Ana pudo, con aquella aventura personal que en su entorno juzgaban como
locura, modificar de alguna manera el paisaje del Balneario Orense de
sus recuerdos, y lo hizo para compartirlo con quienes también llevan
su búsqueda personal como estandarte. Y va por más.
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Todo un estilo
Ana Amat se define a sí misma como
nómade, "medio gitana", confiesa. Vivió
en París, en Madrid y once años en Africa, en Marruecos,
donde se casó con un marroquí y nacieron sus dos hijos
menores. Cada tramo de sus viajes y sus experiencias en el exterior
ha dejado alguna huella visible en los estilos y los objetos que
los turistas pueden disfrutar en el hotel Punta Desnudez. Sin embargo,
no le resulta fácil atribuirle a cada espacio una idea en
especial, o el recuerdo de algún lugar en particular. "Es
difícil saber cómo aparecen estas cosas, porque quizá
están un poco en el inconsciente. Hay gente que ha entrado
en alguna de las habitaciones que he decorado, y las ha encontrado
con un look africano. Y si las observo, me doy cuenta de que es
así, que puse allí algunas esculturas de Senegal,
un cuero de cebra
De aquellos lugares fui trayendo cosas que
me gustaban y quedaron en las habitaciones, pero no fue un efecto
buscado", confesó.
En el sitio de Internet del hotel pueden observarse más imágenes
de las habitaciones. Una propuesta de singular atractivo y poco
frecuente en balnearios de las características de la costa
tresarroyense.
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