PREMIO INTERNACIONAL PARA EL PERIODISTA JUAN CARLOS CELLERINO
Palabras sin fronteras
Radicado en La Plata, donde estudió periodismo, se recibió de locutor y trabaja desde hace más de dos décadas en el área de Prensa del Ministerio de Desarrollo Social, optó por la ficción como fortaleza expresiva y acaba de ser premiado por Amnistía Internacional
"Tres Arroyos tiene ese no sé qué, es la libertad misma de las cosas”. Con esta frase, el periodista Juan Carlos Cellerino -que acaba de ser reconodido por Amnistía Internacional- expresa el profundo vínculo que lo une a su lugar de origen. En las calles de Tres Arroyos, entre juegos de niños y tardes de lectura, germinó su amor por las palabras y su pasión por contar historias.
“Recuerdo a Delia, la hermana de mi madrina Ester, vivía en calle Mitre a la vuelta de mi casa, ella me enseñó a leer y escribir. Tenía por entonces 4 años. Mi padre era un gran lector, leía Mecánica Popular, las famosas Selecciones, se interesaba en temas como los conflictos armados y le fascinaba entender que pasaba en el cielo. Con mis hermanos tomamos rápidamente el hábito de la lectura primero con revistas de Fantasía, luego con libros. Jugar a las figuritas de chapa y hacerlas rebotar contra la pared. El fútbol en la cortada transversal a las vías y las multitudinarias escondidas en la calle Roca”, todo quedó grabado en su memoria y se convirtió en una fuente inagotable de inspiración.
A pesar de la distancia, Cellerino mantiene un vínculo profundo con Tres Arroyos. "Tengo un lazo muy fuerte con la familia, tíos, primos, amigos de la vida y amigos de la Escuela 16 y el Colegio Nacional. Ha pasado el tiempo y eso se ha resignificado. Y un punto especial para mis queridos vecinos que también son parte de mi familia, por el apoyo, el aliento, el estar en los momentos difíciles. Solo una cosa destaco, que es la que me hace estrujar el corazón hay una persona de las que te digo que cuando me ve se emociona y me agarra fuerte la mano, eso es amor del más bueno”, afirma con emoción.
Los primeros pasos de un periodista inquieto
La vocación de Cellerino por comunicar lo llevó a estudiar Periodismo en La Plata, donde se sumergió en un ambiente vibrante e inspirador. "Cuando tomé la decisión de irme a estudiar yo tenía trabajo en Tres Arroyos, pero veía que la escritura estaba empujando desde algún lugar. Lo hice con plena libertad y la felicidad final la tenes cuando descubris que sos un ser anónimo como todos los demás", admite.
Su afinidad por las letras lo llevó más tarde a estudiar Comunicación Social y, junto a dos amigas, presentó la tesis “El Caso Samper”, un análisis profundo sobre el financiamiento de la campaña de Ernesto Samper en Colombia, utilizando como fuentes principales los diarios Clarín y La Nación. Con el tiempo, también se recibió de Locutor Nacional.
Sus primeros pasos en el periodismo profesional los dio en el diario 'El Sol' de Quilmes, donde experimentó un aprendizaje vertiginoso. Cubriendo desde policiales hasta entrevistas con figuras políticas como Cafiero, Alfonsín, entre otros. Recuerda con especial cariño las charlas con el Padre Farinello, que lo acercaron a la realidad de los más vulnerables.
Posteriormente, su carrera lo llevó a las redacciones de "Hoy" y "El Día" de La Plata, donde vivió una experiencia que marcaría un antes y un después en su trayectoria.
“En las redacciones aprendes sí o sí porque el ruido genera un desafío adicional. Cierto día a las 9 de la noche, me llama Marisa Álvarez, jefa de redacción del diario “El Día” y me dice: Juan a las 2 de la mañana (del día siguiente) te pasan a buscar para cubrir la división de Verónica con Magdalena. Escribí la nota y alguien al que le decían el Profesor, cuando le pasan mi nota, dijo: ‘Esto es literatura pura’. Fue el mayor elogio que recibí”.
Su incursión en los medios lo llevó a trabajar en Radio Libertad con Liliana López Foresi en el programa “La Vereda”, a la vez que desempañaba tareas de prensa del ministerio de economía provincial en la época de Remes Lenicov. Luego continúa con un programa de televisión, “El Umbral”, que salía por cablevisión zona norte. “Como el producto se realizaba en la casa familiar de Liliana conocí a invitados como Federico Luppi, Alicia Bruzzo, León Gieco, entre muchos otros. A esa altura era un pibe que no sabía bien que estaba haciendo allí. Con Liliana me pasó algo parecido, llamé desde un teléfono público de Avellaneda y le pasé algo que había escrito. Ella llamó a Chamorro, su pareja en ese momento, y le dijo: ‘Veni, veni, escuchá la cosa maravillosa que ha escrito este chico’. En ese momento, el corazón me latía a mil”.
Otras pasiones
"Amo el Teatro, es una rama del arte que siempre me fascinó. Cuando subís a un escenario te olvidas de que sos vos, dejas tu ropaje para entrar en la piel de un personaje". Juan Carlos ha participado en obras como "El origen de la guerra" de Marco Denevi y "Quién, yo?" de Dalmiro Sáenz, dirigidas por Ricardo Listorti. En La Plata, su pasión por la actuación lo llevó a participar en obras como "La Unión Telefónica" y "El Maratonista" de Guillermo Cavia.
Además de su faceta como actor, Juan Carlos ha explorado otras formas de comunicación. Ha co-conducido programas como "Causas y Azares" y ha sido conductor de "Los Comunes", un programa de YouTube, con la idea y dirección de Jorge Zanzio. "Me divierte hacer locución, siempre que sea con libertad. Escucho ofertas, muchas las desecho, pido perdón por eso, agradezco que siempre me tengan en cuenta. Este ser que cuenta historias es muy reservado y tímido, aunque no lo crean", admite.
Sin embargo, es en el periodismo donde ha encontrado una estabilidad laboral. Desde hace 28 años, se desempeña en la prensa del Ministerio de Desarrollo Social de la provincia de Buenos Aires. "Por allí pasaron casi 20 ministros, desde Chiche Duhalde hasta Juan Pablo Cafiero. Cada uno con su impronta", señala.
La pasión que lo consume
Juan Carlos Cellerino, más allá de su carrera periodística, siempre sintió una profunda conexión con las letras. Sus días en la oficina, llenos de reclamos y trámites, eran también un espacio para cultivar su otra pasión: la escritura. "Al principio escribía mucha poesía, en las acaloradas tardes de oficina. Mi escritorio estaba lleno de reclamos del Plan Rombo, por debajo siempre se colaba algún papel hecho a mano", relata con una sonrisa.
Esta dualidad entre el periodismo y la literatura ha sido una constante en su vida. La rigurosidad y la precisión del lenguaje periodístico se han fusionado con la creatividad y la imaginación literaria, enriqueciendo su expresión. Sus primeras influencias literarias fueron variadas y ricas. Desde los clásicos de la literatura universal hasta los autores argentinos más contemporáneos, Cellerino ha nutrido su imaginación con una amplia gama de lecturas. "Borges, Cortázar, Bioy Casares, Sábato, Vargas Llosa, de todos se aprende sobre en todo en las formas. Uno con la lectura lo que amplía es el vocabulario, los viajes por el contrario te ayudan a ampliar la mirada. Me gusta mucho viajar y tomo de ahí imágenes que luego me sirven para contar historias".
Sus viajes, tanto físicos como literarios, han sido fundamentales para su proceso creativo. "Si todo fluye mejor, a veces la hoja permanece intacta y es momento de esperar. Generalmente cuando escribo las ideas van más rápido que los dedos en las teclas de la PC. Escribo donde puedo, en la actualidad lo hago en un living pequeño, frente a un ventanal donde entra mucha luz. Es esencial la luz, las plantas y la ausencia de ruido".
La escritura para Cellerino es más que un pasatiempo, es una necesidad. Es un espacio donde puede explorar sus emociones, sus ideas y su visión del mundo. A través de sus palabras, busca conectar con otros y compartir su propia experiencia de la vida.
Dos facetas de un mismo universo
Su personaje del Sr. Smith, un alter ego literario que ha despertado la curiosidad de muchos lectores, es un ejemplo de cómo Cellerino utiliza la ficción para explorar diferentes facetas de su personalidad. "Smith es un personaje de las redes sociales, es aquel que dice las cosas que no se pueden decir, sensual, mujeriego, amante de mujeres jóvenes, despilfarra plata, pero sobre todo agudiza la mirada”. A través de este alter ego, el autor puede experimentar y liberarse de las limitaciones de la realidad.
La relación entre Cellerino y el Sr. Smith es compleja y ambivalente. Por un lado, el autor reconoce que hay aspectos de su personalidad que se reflejan en este personaje. "Lo utilizo para enfrentar situaciones, a veces se me parece en algo, pero no se me iguala." Por otro lado, el Sr. Smith le permite experimentar y vivir aventuras que en la vida real serían imposibles. "Es un juego, una manera de explorar la condición humana."
"Something stupid": un despertar internacional
El reconocimiento internacional obtenido por Cellerino gracias a su participación en el concurso de Amnistía Internacional fue un punto de inflexión. "Me pone feliz, pero como digo siempre la felicidad es algo efímero que se escurre como la arena entre las manos. Sirve para seguir inventando historias. Son más las veces que pierdo que las que gano algo, ahí está el verdadero aprendizaje", reflexiona el autor.
Este concurso, que anualmente convoca a escritores de todo el mundo, siempre despertó su interés. "Me detuve en las posturas que toman respecto al medio ambiente, la defensa de la naturaleza y la advertencia de que, si no tomamos medidas urgentes, nuestro planeta sufrirá las consecuencias. Que me
reconozcan por lo que escribo es un mimo, solo eso", comenta con humildad.
Para participar, Cellerino se inspiró en un hecho histórico: "La Guerra de los Mundos". Tomando como base esta famosa transmisión radiofónica que causó pánico masivo, escribió un microrrelato que exploraba la manipulación de la información y la facilidad con la que las personas pueden ser engañadas. "Había una consigna sobre el derecho a una información veraz, y quise jugar con esa idea. Mi relato buscaba descorrer el velo de lo que ocurre en los medios de comunicación y en las redes sociales, donde a menudo se nos vende una gran mentira como si fuera una verdad absoluta", explica.
El jurado del concurso reconoció la originalidad y la complejidad de su relato. Uno de ellos afirmó en la transmisión en vivo de YouTube que "este formato es más difícil que escribir una novela, requiere de sagacidad y un golpe de efecto en el final". Estas palabras fueron un verdadero reconocimiento para Cellerino, quien se sintió ganador mucho antes de conocer el resultado oficial. "Algo estúpido", el título del microrrelato, es en sí mismo una ironía que invita al lector a reflexionar sobre la superficialidad y la banalidad de gran parte de la información que consumimos.
La noticia de su premio lo tomó por sorpresa. "Recibo un correo y me dicen que estoy entre los 10 finalistas. Posteriormente recibo otro diciendo que participaron cientos de miles, ahí la cosa cambia porque dije 'ah bueno, estamos en carrera'", recuerda con emoción. A pesar de no poder asistir a la ceremonia de premiación, vivió el momento con intensidad desde su hogar. "Con mucha calma, bañado, café en mano, sentado en el sillón... Y puse YouTube. Leyeron los 10 cuentos, el mío fue el último que se leyó, vino la parte musical, me levanté a secar el baño, y al rato escucho a mi hermano que me dice 'te felicito, resultaste Primera Mención del certamen'. Recordemos que había un ganador y dos menciones especiales. Un premio no va a cambiar mi vida, solo sirve para seguir".
Este reconocimiento internacional ha sido un impulso para Cellerino, quien continúa escribiendo y explorando nuevas formas de expresión. "A veces leo cosas que he escrito y no lo puedo creer, quizás allá otro yo que habita mi propio cuerpo", admite con humildad y asombro.
La observación: una ventana al mundo
La observación es una herramienta fundamental en el trabajo de Cellerino. Tanto en su escritura como en su vida cotidiana, presta atención a los pequeños detalles que hacen única a cada persona y cada lugar. "El mundo está plagado de imágenes, quienes mejor logren resolver esa situación tendrán más o menos lectores", reflexiona. Esta capacidad de observación lo ha convertido en un narrador talentoso, capaz de crear personajes inolvidables y construir mundos imaginarios llenos de vida.
Un escenario de interacción
En las redes sociales, Cellerino disfruta de la interacción con sus seguidores, pero reconoce los límites de este medio. "En las redes el impacto es diversión, yo me tomo las cosas en solfa", confiesa. Sin embargo, detrás de esta aparente frivolidad, se esconde un observador agudo de la realidad, un escritor que busca conectar con sus lectores a través de historias que despiertan emociones. "Hay cosas que no se pueden describir, es un mundo mágico donde la fantasía y la imaginación pujan por resolver una situación", reflexiona.
Un sueño pendiente
A pesar de su éxito literario, Cellerino mantiene un sueño pendiente: el cine. "Hacer cine es materia pendiente y me gustaría hacer la conducción de un programa de viajes", confiesa. Esta pasión por las imágenes en movimiento se complementa con su amor por la escritura y su capacidad para contar historias. Para Cellerino, el cine es otra forma de explorar el mundo y conectar con las personas. "Me encanta conocer otras culturas", afirma.
A pesar de su éxito y reconocimiento, conserva la esencia de ese niño que creció en Tres Arroyos, soñando con aventuras y explorando el mundo a través de los libros. "El espíritu taurino me convierte en un ser solitario, no puedo juzgar si eso está bien o está mal", confiesa. Sin embargo, esta soledad creativa no lo aísla, sino que lo impulsa a buscar nuevas formas de expresarse y conectar con los demás. A través de sus escritos, de sus redes sociales y de sus proyectos futuros, Cellerino busca compartir su visión del mundo y establecer un diálogo con sus lectores.
La gratitud y el reconocimiento
A pesar de su éxito literario, Cellerino mantiene los pies en la tierra y agradece a todas las personas que han formado parte de su vida. "La gratitud siempre desde mi madre que me dio la vida hasta a quien me vende el pan en su comercio", concluye. Su reconocimiento internacional, gracias a su participación en el concurso de Amnistía Internacional, fue un punto de inflexión, pero no cambió su esencia. "Me pone feliz, pero como digo siempre la felicidad es algo efímero que se escurre como la arena entre las manos. Sirve para seguir inventando historias", reflexiona.
En definitiva, Juan Carlos Cellerino es un artista polifacético que, a través de su escritura, sus redes sociales y sus proyectos audiovisuales, nos demuestra la importancia de la comunicación en todas sus formas. El periodista nos transporta a mundos imaginarios, nos hace sentir emociones intensas y nos invita a cuestionar nuestra propia realidad. Un comunicador nato que, con cada obra, nos invita a reflexionar sobre la vida, a soñar en grande y a conectar con los demás a través del arte.
EL MICRORRELATO GALARDONADO EN ESPAÑA
Something Stupid (Algo estúpido)
Las cartas están echadas. Un auto enclenque surca el cielo de Nueva York. Dibuja filigranas a su paso. Causa asombro y conmoción.
Orson reclina su figura en una silla de pana. Repasa al detalle el manual. Sabe o supone que las marcas que se infligen en el lienzo perduran como la más tierna historia jamás contada.
Arguye que la hora de la siesta es el momento exacto para dar el golpe. Intuye la turbación de una sociedad acostumbrada a la nada. Enciende una lámpara de tules blancos adormecidos, mientras en la pista uno se cuela Something Stupid. La invasión extraterrestre estaba en marcha.
Ese día escuché solo lo que quería escuchar. Apagué la radio y me encontré con otras sombras en la calle que estaban al acecho del embuste y el engaño. La patraña había durado lo suficiente, los hombrecitos verdes invadían los cafés y los parques públicos. Cuando desperté comenzaba la larga noche de Halloween.