LAS ELECCIONES Y DESPUÉS, EN LA MIRADA DE “EL PERIODISTA”
Cambio de época
La vuelta del peronismo al gobierno municipal después de casi 30 años es un claro indicio de un cambio de época. Ya la renuncia a una nueva candidatura por parte de Carlos Sánchez prefiguraba un escenario electoral distinto, que Pablo Garate, elegido intendente el pasado 22 de octubre, supo leer. Además, se viene una reconfiguración del Legislativo, con el ingreso de los libertarios y las posibles fracturas en Juntos por el Cambio

La primera reunión de la transición entre Pablo Garate, intendente electo, y el saliente Carlos Sánchez
Ya se advertía, incluso antes del domingo 22 de octubre, la cercanía de un cambio de época en términos políticos, no solamente a nivel nacional sino también aquí en Tres Arroyos. El primer indicio llegó varios meses atrás, cuando el intendente Carlos Sánchez, a poco de cumplir el quinto mandato al frente del Municipio, declinó volver a presentarse como candidato. Y finalmente fueron los resultados los que lo mostraron: la vuelta del peronismo al gobierno municipal después de casi 30 años es una prueba de que evidentemente se viene un nuevo ciclo en la política local. Con casi 13.000 votos y después de un trabajo arduo y de varios años para encontrar acuerdos entre distintos sectores, incluida la posibilidad de zanjar la rivalidad de vieja data con el diputado provincial Carlos “Cuto” Moreno, Pablo Garate se impuso con comodidad en los comicios, y relegó al Movimiento Vecinal, con 28 años en el poder, a un tercer lugar 10 puntos abajo. En el medio, y producto de errores propios, de su entorno y de toda la alianza Juntos por el Cambio, quedó un Carlos Avila que se había erigido gran ganador en las legislativas de 2021 y que esta vez superó los 10.000 votos -una cifra nada despreciable para su particular campaña, prácticamente circunscripta a las redes sociales- pero quedó segundo.
Al cierre de esta edición de “El Periodista” seguían abiertos varios interrogantes en torno al equipo que conducirá la comuna en este nuevo período, por dos cuestiones: la primera es la expectativa que genera per se este retorno del peronismo al poder, no ya sólo en quienes de alguna manera viven en el microclima de la gestión pública, la prensa y la política, sino sobre todo en la cantidad de votantes que depositaron sus esperanzas en Garate y en este cambio. La segunda cuestión es, de alguna manera, el mandato no escrito que tiene el ganador de construir un dispositivo que incluya a todos los sectores que le dieron su apoyo, entre los cuales hay peronistas de distintos matices, referentes de otros espacios y vecinos de a pie que, por su reconocimiento público, fueron convocados a formar parte de la campaña y también podrían tener su lugar en la gestión que arranca el 10 de diciembre.
Son alrededor de dos centenares los puestos “políticos” a cubrir, y Pablo Garate se ha comprometido a reducir ese número. Pensar como mínimo en la mitad deja, no obstante, una importante cantidad de nombres a barajar entre quienes cimentaron este camino del nuevo intendente al sillón de Camet: primero, como dueño del poder y de buena parte de los votos, él mismo tiene la lapicera, pero a su alrededor se especula en torno a la ubicación que tendrán en su gabinete figuras de importancia como su propio hermano Martín, referente de Camino a la Victoria, la agrupación que aportó a Adolfo Olivera, primer concejal electo; Julio “Pity” Federico, que le significó un importante caudal de sufragios; dirigentes del Partido Justicialista -el aporte de “Cuto” Moreno, que luego se desligó del escenario local para abocarse a la campaña por la reelección del gobernador Axel Kicillof-; del Movimiento Evita, de La Cámpora y del peronismo de las localidades. Además, así como una derrota nunca tiene un solo responsable, la victoria tampoco tiene un único dueño: como es legítimo en política, y nadie puede rasgarse las vestiduras, Pablo salió a buscar los más de 4000 votos que sumó entre las PASO y las generales en la calle, en los debates y con propuestas, pero también mediante el acuerdo no explicitado pero evidente con otras fuerzas, como la que el propio Matías Fhurer llamó “la pata peronista” de Juntos por el Cambio.
En los próximos días seguramente habrá novedades.
Errores
Para Juntos por el Cambio, este período electoral implicó un enorme rompecabezas de acuerdos cruzados, de apoyos con escasas chances de futuro y de volantazos evidentes hasta última hora, en la cual el que llamaremos “PRO tradicional” -para diferenciarlo de la lista que impulsó el nombrado Fhurer con Néstor Grindetti para la Provincia y Patricia Bullrich para la Nación, pero perdió la interna- anunció su apoyo a la propuesta que tendrá como candidato a presidente a Javier Milei para el ballotage.
Para entender estos virajes hay que recordar que a Carlos Avila, que resultó segundo en las preferencias del electorado local tras imponerse en las Primarias, se lo suponía el candidato natural de Juntos por el Cambio para la intendencia, apoyado por el radicalismo y acompañado por el “PRO tradicional” y la Coalición Cívica, que no tenían figuras con los números del claromequense para hacerle sombra. No pudo ser, por una disputa interna entre el sector radical Evolución, referenciado en Gonzalo Cabrera, y la conducción de la UCR, encarnada en Daiana De Grazia.
No terminarían ahí los cimbronazos en la alianza, ya que Fhurer logró erigirse único candidato del PRO en la interna, y a los “tradicionales”, la gente de Bullrich ni siquiera les inscribió la lista.
No obstante, el buen resultado obtenido por Avila, que finalmente integró a parte de la minoría en su lista y prácticamente duplicó los votos que había cosechado en las PASO, le permitirá ingresar tres concejales que serán Eduardo Giordano -del sector de la disidente del PRO, Rosio Antinori-, Cecilia Del Aguila -de la Coalición Cívica- y Omar Bartneche, del sector de Fhurer.
Un fuerte mensaje
La decisión de involucrarse en una interna no le dio buenos resultados al Movimiento Vecinal. Con una gestión que ya evidenciaba desgaste, la suma entre la abstención de Carlos Sánchez y la oposición entre dos líneas lideradas por Claudia Cittadino y Werner Nickel llevó a la fuerza que completará en diciembre 28 años de gobierno municipal a un tercer lugar en el resultado de las elecciones. Y la candidata Cittadino, que por muy poco no logró retener los sufragios de las Primarias para las dos partes en pugna, dio un portazo para volver a su profesión de médica, cuando le faltaba poco más de un mes para culminar su mandato como concejala.
Para el partido aún gobernante el mensaje de la ciudadanía tresarroyense ha sido muy fuerte. Perderá dos bancas en el Concejo, y deberá rearmarse tras algunas circunstancias complejas para un partido que no tiene anclaje político más “arriba” ni experiencias significativas en estas lides: una interna que dejó sus heridos, un resultado electoral esquivo y la falta de figuras con el suficiente relieve como para reencauzarse en el corto plazo.
El Concejo que viene
El Concejo Deliberante de Tres Arroyos tiene 18 integrantes, de los cuales la mitad se renovará desde el 10 de diciembre. Por Unión por la Patria ingresarían Adolfo Olivera, Mara Redivo y Alejandro Barragán – el potencial tiene que ver con algún posible pase al Ejecutivo- y se sumarían a los actuales ediles del Frente de Todos, Julio “Pity” Federico -ídem anterior-, Paola Salerno y Facundo Elgart.
Eduardo Giordano, Cecilia Del Aguila y Omar Bartneche fueron elegidos por Juntos, y si bien tendrían que compartir bancada con Daiana De Grazia, Cristian Ruiz y Marisa Marioli, a priori esto podría no darse según lo previsto por algún movimiento interno que ocasionaría el apoyo del bullrichismo a Milei, y también por la posible partida de Ruiz a Adolfo Gonzales Chaves, para una eventual participación en la gestión de la intendenta radical electa en ese distrito, Lucía Gómez.
El Vecinalismo perderá dos escaños; sumará a Mariano Hernández y Roxana Calvo a las bancas que ya ocupan Marcelo León y Claudia Diez. Y habrá una cuarta fuerza, La Libertad Avanza, con un unibloque conformado por Gustavo Möller, que tendrá que construir una convivencia saludable con el resto de los concejales después de las polémicas manifestaciones de su candidato a intendente, Facundo Argüello, que subió prácticamente a todo el arco político al ring durante su campaña.