LA TRESARROYENSE ALICIA OCHANDIO LLEVA 40 AÑOS CON LA RAQUETA EN COSTA SUD
La “Nona” del tenis
A los 82 años, Alicia Ochandio sigue entrenando en las canchas de polvo de ladrillo de Costa Sud, donde incluso llega, raqueta en mano, a bordo de su bicicleta. Recientemente el club reconoció su trayectoria de 40 años en el deporte, un período en el que la dama conocida como “Nona” o “Monin” ha hecho algo que no se debe perder a la hora de encarar una disciplina: simplemente disfrutar. El reconocimiento de “El Periodista”
Alicia Ochandio, para muchos “la Nona” o “Monin”, es todo un ejemplo de vida. A sus 82 años, todavía sigue jugando al tenis. Sí, aunque parezca increíble.
Pasaron ya cuarenta años de su llegada a Costa Sud con la raqueta en mano, para cumplir con su ritual semanal de entrenamientos en las canchas de polvo de ladrillo del oriverde.
Para los que componen la institución, Alicia es uno de esos personajes entrañables, ya que siempre aporta su buen humor y alegría. En más de una oportunidad, se la ve pedaleando por las calles de la ciudad, a paso tranquilo, rumbo a la práctica del deporte que tanto ama.
Conforma un grupo de mujeres destacadas en el club por su permanencia y trayectoria, unidas por el mismo sentimiento respecto al tenis, pero también por la amistad y camaradería. Lo integran, entre otras, Rosa Blanco, Susana Di Rocco, Susana San Pellegrini, Nora Sequeira, Ana De Francesco, Ana Marinangelli, Amanda Aguer y Liliana Morán, por citar algunos nombres.
La “Nona” comenzó con esta actividad casi sin proponérselo. En el diálogo con “El Periodista” recuerda que sus inicios “fueron en Huracán. Mi esposo jugaba a la pelota paleta, pero luego dejó ese deporte y se metió en el tenis. Luego se entusiasmó mi hijo Daniel, y finalmente el contagio me llegó a mí. De tanto mirar partidos y acompañarlos, le tomé el gusto"
Amor incondicional por la raqueta
Recuerda que se decidió a iniciar clases con “Mingo” Aguirre (en ese entonces, profesor en el Globo) para poder aprender, aunque señala que “no me costó mucho trabajo tomarle la mano. Creo que él nos enseñó a casi todos en la familia, y además organizaba torneos para que pudiéramos actuar”.
Alicia explica que, a partir de allí, no dejó nunca el “deporte blanco”, hasta la actualidad. “Daniel tenía unos doce años -recuerda-, y competía en certámenes en otras ciudades. Lo llevábamos a todos lados, y eso me fue enganchando cada vez más”.
Rememora que “éramos un grupo de cuatro o cinco que nos decidimos a aprender, y algunas de ellas todavía juegan, como por ejemplo Ana Jaureguibere. Somos todas muy compañeras”, explica.
“Monin” decidió tiempo después continuar con los entrenamientos en Costa Sud: “Allí me instalé y me quedé. Jugué muchísimos torneos, en tercera categoría, y me ha tocado viajar bastante. Recuerdo participaciones en Olavarría, Tandil, Chaves, Mar del Plata. Hoy lo de la competencia quedó de lado, porque voy a divertirme, lógicamente”.
Alicia destaca, en ese ida y vuelta de los certámenes, la buena relación y la camaradería que se genera. “Por eso conozco mucha gente del ambiente del tenis, adonde quiera que vaya, de varias ciudades. Sigo en contacto con muchos de ellos, y solemos encontrarnos en las diferentes competencias que se organizan, como por ejemplo en los internos que arma Costa Sud”.
Menciona que su preferencia es “actuar en dobles, y mi pareja no siempre es la misma. Juego con quien se presente, no tengo problemas. Vamos rotando con el grupo que se mantiene estable”, explica.
La entrevistada recuerda haber participado en muchas ediciones del tradicional torneo “Roberto Seghezzo”, uno de los emblemáticos en el tenis local, aunque ahora “ya no lo puedo jugar, porque para mi edad (82) no existe categoría”.
“A esta altura -insiste-, voy porque me divierto, porque me gusta entrenar. Solía cumplir hasta tres horas de prácticas, martes, jueves, sábado y domingo. Ahora lo hago cuando puedo, no tan frecuentemente, pero no pasa una semana sin jugar. Siempre busco algún día para tomar la bicicleta y llegar hasta el club, encontrarme con alguna compañera y pasar un lindo rato”.
Todo un premio a la trayectoria
A principios de mayo, y con estricta justicia, Alicia fue reconocida por la entidad oriverde debido a su extensa trayectoria en el tenis y en el club. Al cumplir 40 años en la institución, practicando este deporte, le destinaron un homenaje y le entregaron una copa a modo de recordatorio. Reconocieron su permanencia, es cierto, pero también su don de gente, energía, fuerza de voluntad y ganas. Todo un ejemplo a seguir.
La distinción fue otorgada en el marco de un torneo interno organizado por la ahora centenaria entidad. “No me anoté para jugar, porque no había gente de mi edad para competir. Cuando me entregaron la copa me tomó por sorpresa, no tenía idea de que iban a hacerlo. Nunca me lo hubiese imaginado. Fue un momento muy lindo”, acota, a la vez que agradece el gesto que tuvo “Cosito” Cedrón en destacarla.
Al tenis lo practica, pero también lo sigue cotidianamente por la pantalla chica. Es normal verla frente al televisor disfrutando de algún torneo internacional, aunque en realidad señala que “me gusta ver cualquier deporte. Es más, hubiera estado encantada de practicar básquet, pero no me dejaron”.
La dedicación y la constancia de “La Nona” en el tenis también es motivo de orgullo en el seno íntimo de su familia, como no podía ser de otra manera. Su nieta Florencia, en las redes sociales, le destinó un elogioso comentario, recordó el premio que le entregaron por sus 40 años de trayectoria en Costa Sud, y valoró que “así como la ven, con sus 82 pirulines, nos va a visitar a todos sus familiares y amigos en su fiel compañera, su bici blanca”. Y destaca su carácter: “siempre positiva, siempre cantando, tiene más energía que cualquiera de nosotros, con 20, 30 o 40 años”.
La pregunta final se cae de maduro, y apunta a saber hasta cuándo se ha propuesto continuar jugando. La respuesta de Alicia es sencilla, simple y lógica: “hasta que el cuerpo aguante; mientras haya resto voy a seguir”.