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PREMIAN EN FRANCIA A UN INVESTIGADOR TRESARROYENSE POR SU BUSQUEDA DE UN FARMACO PARA EL MAL DE CHAGAS

Ciencia contra el olvido

La Argentina es el país con mayor prevalencia de la enfermedad de Chagas, que afecta principalmente a personas en condición de pobreza. El tresarroyense Lucas Alberca fue premiado en Francia por su investigación de modelos computacionales que permitan evaluar fármacos aptos para luchar contra ese mal, que como otros en los que piensa incursionar, forma parte de las patologías “olvidadas” por la ciencia. “El Periodista” y su invalorable testimonio

Agosto 2016
Alberca acaba de ser distinguido en Francia por la presentación de un trabajo de investigación orientado a encontrar un fármaco que detenga el avance del parásito que provoca el Mal de Chagas

Alberca acaba de ser distinguido en Francia por la presentación de un trabajo de investigación orientado a encontrar un fármaco que detenga el avance del parásito que provoca el Mal de Chagas

A Lucas Alberca desde siempre le interesaron las ciencias naturales, en especial la biología. Por ese motivo, al iniciar el nivel secundario se decidió a cambiar de colegio. En el ex Nacional encontró la orientación que más le convenía de acuerdo a su vocación, y allí tuvo sus primeros acercamientos hacia la biología molecular y la genética. “La biotecnología me llegó más tarde, realizando un trabajo de investigación para una materia de la escuela”, recuerda ante la consulta de “El Periodista”.
Ese adolescente con inquietudes ya cuenta con 28 años. Con esfuerzo culminó sus estudios de grado, se convirtió en licenciado, lleva adelante su tesis doctoral en un laboratorio y acaba de ser distinguido en Francia por la presentación de un trabajo de investigación orientado a encontrar un fármaco que detenga el avance del parásito que provoca el Mal de Chagas, una enfermedad que afecta a más de un millón y medio de personas sólo en Argentina.
En el medio de ese trayecto, tuvo que sortear dificultades y puso a prueba el tesón para continuar con su carrera científica, a la que seguramente todavía le queda mucho camino por recorrer. En el siguiente artículo de “El Periodista”, algunos detalles de una historia apasionante, que sirve de ejemplo.

POR LAS DIAGONALES

Finalizado el secundario, Lucas recaló en La Plata, ante la imposibilidad de costearse los estudios universitarios de genética en Misiones. “Implicaba un gasto muy grande y alejarme bastante de mi familia y amigos. Entonces busqué en otras casas de altos estudios algunas carreras relacionadas. En Internet encontré que en la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad Nacional de La Plata se dictaba la carrera de Licenciatura en Biotecnología y Biología Molecular. No era exactamente lo que quería, pero estaba relacionado y también me gustaba mucho. Además tenía la ventaja de poder estudiar en una ciudad mucho más cercana”, explica.

Sabemos que el trayecto universitario que realizaste no resultó sencillo, porque hubo que trabajar y estudiar a la vez, con todo lo que ello implica...
Por suerte tuve la posibilidad de trabajar mientras estudiaba y de esa manera no depender exclusivamente de la ayuda de mis padres, que estaban haciendo un esfuerzo muy grande. Cuando llegué a La Plata en el 2006 ya había obtenido una beca de estudios del Ministerio de Educación de la Nación (Becas Bicentenario). Además, gracias a unos primos que vivían en La Plata, conseguí trabajo para los fines de semana en un predio de fútbol. Ese primer año viví en una pensión de estudiantes con otros 23 chicos. Al año siguiente me mudé con 3 de ellos a un departamento, de manera de dividir los costos.
Cuando estaba en mi cuarto año de universidad me incorporé como ayudante en la sala de computación de Exactas. Este empleo lo conservé hasta que me recibí, mientras que la beca la perdí en el sexto año de carrera.
Cuando terminé de cursar solo me quedaban seis finales para recibirme. Ese último año, mientras los preparaba, obtuve una pasantía rentada para realizar actividades de investigación en el laboratorio donde actualmente me encuentro trabajando.
Durante mis años de estudiante, en la Facultad de Ciencias Exactas, había varias posibilidades para los estudiantes que necesitaban ayuda económica (becas de trabajo, de apuntes, comedor universitario). Además, tanto los chicos del centro de estudiantes (en ese momento la agrupación Suma) como las autoridades se preocupaban mucho por conservar a los estudiantes dentro del ámbito educativo universitario.
Sobre el tema específico en el que te involucraste, el desarrollo de un fármaco para el Mal de Chagas, ¿cómo surgió la posibilidad de investigarlo?
Actualmente estoy realizando mi doctorado en el Laboratorio de Investigación y Desarrollo de Bioactivos (LIDeB). Mi tesis doctoral implica desarrollar modelos computacionales que sean capaces de reconocer compuestos químicos con actividad antichagásica.
Particularmente, me interesó la enfermedad de Chagas porque es una patología que afecta principalmente a personas en situación de pobreza. En Argentina, hay más de un millón y medio de personas infectadas con Trypanosoma cruzi (el parásito que la causa), siendo el país con mayor número de casos del mundo. A pesar de ello sólo hay dos tratamientos disponibles, que además tienen una baja tasa de curación en personas adultas en una etapa avanzada de la enfermedad y efectos adversos graves.
Lo que hacemos nosotros es, a partir de información de compuestos químicos probados frente al parásito, generar ecuaciones matemáticas que nos permitan predecir si un fármaco que no fue evaluado experimentalmente puede llegar a matarlo. Doy un ejemplo sencillo para que se entienda la idea: cualquiera sabe que Messi, Maradona, Zidane o Ronaldo juegan muy bien al fútbol, en cambio Roberto Giordano, Luis Miguel y Marcelo Tinelli lo hacen mal. La idea es observar qué características tienen estas personas que los hacen buenos jugadores y los diferencian de los malos. Con ellas se puede armar un modelo (una ecuación matemática), que luego es utilizada para predecir si otra persona (a la que nunca vimos con una pelota) juega bien o no al fútbol.
Con los compuestos químicos hacemos algo similar: nos fijamos qué características le dan la capacidad de matar al parásito y generamos los modelos. Luego los utilizamos para predecir si los fármacos (medicamentos) que están actualmente aprobados para su utilización (para otras indicaciones terapéuticas) pueden llegar a tener actividad frente al Trypanosoma cruzi. Esa estrategia de buscar entre los aprobados se llama “reposicionamiento de fármacos” y tiene grandes ventajas en cuanto al tiempo y dinero requerido para conseguir un medicamento innovador, ya que han superado muchas evaluaciones. Aquellos que podrían matar al parásito, según nuestros modelos, luego los compramos y evaluamos experimentalmente. En principio hacemos ensayos in vitro e in vivo, para observar si los fármacos seleccionados detienen el crecimiento de los parásitos en cultivos. Luego, si superan estas pruebas, pasan a los ensayos en ratones.

PROYECCION INTERNACIONAL

¿Cómo fue la experiencia de presentar el proyecto en Francia? ¿Qué cuestiones entraron a tallar para que resultaras premiado?
La experiencia en Francia fue muy positiva. La primera etapa resultó de mucha tensión, ya que tenía que dar una presentación en inglés, algo que me cuesta bastante. El primer día en Lyon nos dieron algunas indicaciones sobre cómo debía hacerse la exposición. Como la charla se dirigía a empresarios y representantes de grandes compañías farmacéuticas, nos indicaron que vendamos mejor nuestro proyecto, no solo que expliquemos qué es lo que hacemos y qué obtuvimos, sino que digamos por qué lo llevamos a cabo y lo que necesitamos para avanzar.
En la primera etapa participaron 14 proyectos similares, y allí resultamos ganadores una chica de Egipto y yo. Nos dieron una mención de honor y nos permitieron participar del concurso general frente a otras 30 empresas que presentaban sus productos/proyectos innovadores. En esta etapa no tuve la oportunidad de ganar.
Lo que más valoraron de nuestra iniciativa fue la combinación de metodologías computacionales con evaluaciones experimentales a fin de encontrar fármacos para enfermedades olvidadas, como el Mal de Chagas. La crítica más grande que nos hicieron apuntó a que nosotros ya hemos publicado resultados en revistas científicas, y a las compañías farmacéuticas les interesa patentar, por lo que no puede haber publicaciones al respecto.
Luego de ese paso, ¿cómo continúa adelante el proyecto? ¿Orientado hacia qué objetivos?
En estos momentos estamos evaluando algunos fármacos en ratones. Tenemos muchas expectativas al respecto, pero debemos esperar los resultados. Ojalá podamos encontrar un medicamento innovador, que pueda mejorar la calidad de vida de las personas infectadas con el parásito que provoca la enfermedad de Chagas. En los últimos meses empezamos a expandir nuestra metodología hacia la búsqueda de tratamientos para otras enfermedades olvidadas, como la del sueño y la Leishmaniasis.
Personalmente me gustaría seguir investigando en el país, de manera de devolverle algo de lo que aprendí a la sociedad que paga sus impuestos para que la universidad siga siendo pública. Sin embargo, la permanencia de los científicos en Argentina depende en gran parte de las políticas de Estado que se apliquen en ciencia e investigación.

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El tresarroyense desarrolló una combinación de metodologías computacionales con evaluaciones experimentales a fin de encontrar fármacos para enfermedades olvidadas, como el Mal de Chagas

“Particularmente, me interesó la enfermedad de Chagas porque es una patología que afecta principalmente a personas en situación de pobreza”, confió Lucas Alberca

Lucas Alberca es Licenciado en Biotecnología y Biología Molecular

Alberca, de 28 años, está realizando actualmente su doctorado en el Laboratorio de Investigación y Desarrollo de Bioactivos (LIDeB)

“Mi tesis doctoral implica desarrollar modelos computacionales que sean capaces de reconocer compuestos químicos con actividad antichagásica”, describió Alberca

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